El Albergue San Agustín, al sur de la ciudad, cuenta con un nuevo huésped, quien está pidiendo a las autoridades que le permitan volver a su hogar, indicando que se encuentra muy cansado a sus 82 años, y al iniciar con este viaje nunca pensó que su salud se viera deteriorada más rápido que su avance a los Estados Unidos.
Don Eduardo, un migrante originario de El Salvador de 82 años de edad se encuentra actualmente siendo atendido en el Albergue San Agustín, donde la coordinadora del lugar, Linda Flores, comentó que al no estar preparados para atender adultos mayores, este ha sido hasta ahora el reto más grande al que se han enfrentado.
De acuerdo con Linda, el señor Eduardo fue canalizado a este albergue por parte del Sector Salud el pasado jueves 11 de julio, luego de que estuviera bajo cuidado en un nosocomio de la ciudad por varias semanas.
A Flores le dijeron que gracias a una llamada al 911 fue que encontraron al salvadoreño, quien había sido robado y golpeado, dejado a su suerte en la calle, por lo que fue llevado a un hospital con varios golpes y lesiones propios del viaje que emprendió.
Una vez que fue transferido al albergue, Linda y las voluntarias se han encargado de estar las 24 horas del día con él, dado a que por su condición y su avanzada edad necesita que haya siempre una persona a su lado.
Don Eduardo por su parte, contó que esta no es la primera ocasión en que realiza este viaje hacia Estados Unidos, sin embargo, esta vez tenía una meta diferente, debido a que se dirigía a Las Vegas con su esposa quien vive ahí para traerla de regreso a su país natal, no obstante, en el camino hubo más obstáculos de los que creyó, los cuales le impidieron llegar a su destino.
El adulto mayor indicó que en su juventud salió de su natal Salvador para dirigirse con su esposa a Estados Unidos por una mejor vida, llegando a vivir durante un tiempo en Las Vegas, pero tiempo después Don Eduardo volvió solo a El Salvador.
Actualmente, tiene dos hijos, uno se encuentra en El Salvador y una hija vive en Estados Unidos al igual que su esposa, entonces la meta que se propuso Eduardo era ir por su amada y regresar juntos a su país natal para vivir los días que les queden juntos.
No obstante, la salud deteriorada del salvadoreño, el cansado viaje a pie y en tren, las adversidades con la falta de comida y agua, así como la violencia entre los mismos migrantes y con algunas figuras de autoridad no lo ayudaron a continuar con su camino, quedando varado en la ciudad capital.
Ante esto y con el entusiasmo que mueven a los voluntarios del Albergue San Agustín, se encuentran aceptando el reto que es cuidar de un adulto mayor sin la preparación ni los artículos necesarios, siendo apoyados por la ciudadanía y sus mismos compañeros de iglesia.
Linda comentó que por la edad tan avanzada de Don Eduardo, necesitaba de un andador, por lo que consiguieron proporcionarle uno para que pueda moverse por el albergue; asimismo, un enfermero voluntario de nombre Cristian Hernández les está ayudando a realizar curaciones y a bañarlo apropiadamente.
Asimismo, Flores señaló que desde que abrieron el albergue, solo han tenido registrados un total de 66 personas mayores de edad quienes se encontraban en una situación de movilidad, de los cuales, 41 eran de origen mexicano y que se dirigían de Estados Unidos a su ciudad natal para pasar lo que les restaba de sus días con sus familias.
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Añadió que esta es la primera vez que el Sector Salud canaliza a un adulto mayor extranjero, quien desea volver a su país, por lo que se han puesto manos a la obra hablando con el consulado de El Salvador para ponerse en contacto con sus familiares y poder ayudarle a reunirse con ellos.
Linda comentó que la ciudadanía puede ayudar a los migrantes de diferentes formas, una de ellas es que en lugar de darles dinero, es ayudarlos a ser canalizados a los diferentes albergues en la ciudad donde puedan conseguir lo que requieran para su viaje.
O bien, si estos parecieran estar heridos sería indicarles dónde encontrar un hospital o en caso de verse con lesiones de gravedad, pedir una ambulancia para que sean tratados de forma inmediata.
Además, pueden apoyar a los centros como lo es el Albergue San Agustín con alimentos no perecederos, artículos de limpieza como pinol, jabón, cloro, guantes de látex, cepillos de dientes que es uno de los artículos que más requieren, pomadas para rozaduras y heridas, entre otro tipo de artículos similares.
Con estas donaciones ayudan a que más migrantes puedan pasar por la capital con un trato digno y les dan la oportunidad de recibir un baño, alimento caliente, y un lugar seguro donde descansar aunque sea una noche.
En caso de estar interesado en realizar alguna donación al albergue, pueden acudir a las instalaciones que se encuentran ubicadas en la calle Ladrilleras con número 5101, en la colonia Cerro Coronel II, en el Antiguo Lienzo Charro, donde todas las donaciones serán recibidas por los voluntarios del lugar.
Cabe resaltar que durante la tarde del sábado el DIF Estatal se hizo cargo de llevar a Don Eduardo a una casa de cuidados geriátricos para hacerse cargo de su salud mientras el consulado de El Salvador rastrea a su familia.
Asimismo, Linda Flores aseguró que tras experimentar este caso, buscarán nuevas estrategias para poder dar atención a los adultos mayores.
