La pugna por el control del tráfico de personas estaría detrás de la masacre de ocho hombres que fueron localizados sin vida a un costado de la carretera Panamericana en condiciones de violencia extrema, informaron tanto el fiscal general, César Jáuregui Moreno, como el secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya Chávez.
“Tenemos dos líneas de investigación en específico, una que tiene que ver con un secuestro que se había reportado el jueves de dos personas de Sinaloa, que coinciden en unas cosas con el vehículo que fue encontrado en el lugar de los hechos y que ellos habían adquirido o rentado, para realizar algún tipo de actividad; yo creo que en los hechos pudieran estar vinculados con ese reporte de secuestro del jueves, de personas de Sinaloa”, dijo el fiscal en entrevista.
Según trascendió al interior de las corporaciones de seguridad, el grupo delictivo La Línea sería el responsable de secuestrar, tortura, asesinar y posteriormente dejar sin vida a los ocho sujetos, dentro de los cuales había dos originarios del estado de Sinaloa, mismos que tenían antecedentes penales en otras entidades federativas.
Loya Chávez calificó el crimen como un “multihomicidio diferente a los demás” que ocurren en el estado, debido a la saña y por cómo abandonaron los ocho cuerpos apilados, desnudos y sin ninguna identificación para poder conocer sus datos generales.
Líneas de investigación
Todo apunta a que la pugna por el control del tráfico de personas está detrás de la masacre de ocho personas, cuyos cadáveres fueron apilados a un lado de la carretera Chihuahua a Juárez el domingo, según informó el fiscal general del estado, César Jáuregui Moreno.
“Vamos a ver si se robustece con los elementos que están saliendo, tanto de la identificación de quienes perdieron la vida en el evento, como de algunos otros datos que están surgiendo de la propia investigación”, dijo al respecto el funcionario.
En ese sentido, Jáuregui Moreno expresó que los ocho cuerpos fueron blanco de extrema violencia con golpes en diversas partes, huellas de asfixia y heridas con elementos punzocortantes y que ninguno de ellos tenía marcas de arma de fuego, lo que hace suponer una saña inusitada y tortura previa a su muerte; por lo que el sitio del hallazgo no fue la escena del crimen, sino que fueron ultimados antes.
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“Tenemos dos líneas de investigación en específico, una que tiene que ver con un secuestro que se había reportado el jueves de dos personas de Sinaloa, que coinciden en unas cosas con el vehículo que fue encontrado en el lugar de los hechos y que ellos habían adquirido o rentado, para realizar algún tipo de actividad; yo creo que en los hechos pudieran estar vinculados con ese reporte de secuestro del jueves, de personas de Sinaloa”, dijo el fiscal en entrevista, precisando también que al menos dos de las víctimas tienen antecedentes penales en otros estados.
El automotor que incendiaron fue una camioneta tipo Van para varios pasajeros, que fue localizada horas más tarde en un camino de terracería en el kilómetro 80 de la carretera a Ciudad Juárez, la cual autoridades creen que habría sido utilizada para trasladar los cuerpos sin vida desde un primer punto al sitio donde los abandonaron.
Casi 24 horas después del hallazgo, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) hizo oficial que uno de los arcos de la Plataforma Centinela —ubicado en el kilómetro 70 de la carretera Panamericana— fue blanco de disparos y vandalización, pues además arrancaron cables de las cámaras. Según información proporcionada por personal de esa corporación, habrían disparado desde la camioneta que posteriormente fue calcinada.
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Gilberto Loya Chávez, comentó que los primeros datos que recabaron fue que se trataba de un homicidio diferente a los que se han reportado, con los ocho cuerpos apilados, desnudos y sin ninguna identificación para poder conocer sus datos generales.
“Lo que hasta ahorita tenemos nosotros es un seguimiento importante de la zona, de la región, sobre todo que posteriormente se encuentra una camioneta calcinada, esto más al norte poco más adelante del kilómetro 70 y que aparentemente pudiera estar relacionada a estos hechos”, dijo.
Según informes de inteligencia de las corporaciones de seguridad, la investigación apunta a que el grupo criminal de La Línea está detrás de estos hechos. Estas mismas fuentes señalan que dos de los ocho sujetos que fueron localizados sin vida operaban para el Cártel de Sinaloa, por medio de uno de sus brazos armados de la región de Sonora.