Las presas San Gabriel y Pico de Águila están al 56 y 40 por ciento de su capacidad, de acuerdo con datos de la CONAGUA; por lo que se está poniendo en riesgo el siguiente ciclo agrícola, según Fidencio Loya, representante de la Unión de Ganaderos, quien expuso que el destino del campo de Chihuahua dependerá de las lluvias del próximo ciclo de verano.
Los niveles de agua en las presas San Gabriel y Pico de Águila en el estado de Chihuahua han alcanzado niveles críticos, con un 56 por ciento y un 40 por ciento de su capacidad, respectivamente, según datos proporcionados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Esta situación está generando una creciente preocupación en la comunidad agrícola y ganadera de la región.
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El representante de la Unión de Ganaderos de Parral, Fidencio Loya, advirtió sobre las consecuencias potencialmente devastadoras que esto podría tener en el próximo ciclo agrícola. "El destino del campo de Chihuahua dependerá en gran medida de las lluvias del próximo ciclo de verano", afirmó Loya, quien ha estado monitoreando de cerca la situación de las presas en la región.
La disminución de los niveles de agua en las presas San Gabriel y Pico de Águila es motivo de inquietud, ya que estas instalaciones son cruciales para el suministro de agua a los agricultores y ganaderos de Chihuahua. La sequía prolongada y la falta de precipitación significativa en la región han contribuido a esta situación crítica.
Destacó que los agricultores locales están enfrentando la posibilidad de una reducción drástica en el acceso al agua para sus cultivos, lo que podría resultar en pérdidas económicas significativas y una disminución en la producción de alimentos en la región.
Además, los ganaderos se preocupan por la disponibilidad de agua para sus animales, lo que podría afectar su salud y bienestar.
El gobierno del estado de Chihuahua y las autoridades de CONAGUA están trabajando en conjunto para buscar soluciones a esta crisis. Se están considerando medidas de conservación del agua, como la restricción de su uso en actividades no esenciales y la promoción de técnicas de riego más eficientes.
Comentó que a medida que la comunidad agrícola y ganadera de Chihuahua enfrenta un futuro incierto debido a la disminución de los niveles de agua en estas presas clave, la esperanza se centra en que las lluvias del próximo ciclo de verano sean suficientes para mitigar esta amenaza y garantizar la seguridad alimentaria en la región.
Declaró que la situación continuará siendo monitoreada de cerca por las autoridades y los afectados, con la esperanza de evitar mayores consecuencias negativas para la agricultura y la ganadería en Chihuahua.
Nota publicada originalmente en El Sol de Parral