Para esta semana en la ciudad capital se tiene pronosticada una ola de calor que traerá temperaturas que superen los 40 grados, situación que tiene preocupada a los migrantes que se encuentran en el campamento al sur de la ciudad, dado a que apenas tienen un techo donde resguardarse, poca comida y un suministro limitado de agua, temen por su salud.
Sandra, una migrante de origen venezolano que se encuentra en la ciudad capital con su familia, comentó que el calor llega a ser impresionante en Chihuahua, debido a que el aire es seco y caliente, asemejando la sensación a abrir el horno caliente.
“Tenemos nuestras metas y ni modo, nosotros elegimos este camino así que nos toca aguantar el calor hasta que lleguemos a nuestro destino”, señaló la migrante que lo único que pueden hacer durante su estancia en la ciudad es buscar la sombra y tratar de mantenerse hidratados.
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La gran parte de los migrantes que se encuentran en el campamento migrante sobre el bulevar Juan Pablo II y calle Industrial 10, al sur de la ciudad, si no llevan carpas con ellos improvisan chozas con mantas, cobijas, ropa de gran tamaño y palos, para poder hacerse ellos mismos un lugar con sombra y soportar el calor.
Además, gracias a que Saúl Vargas, un capitalino que vive cerca del campamento migrante, decidió que no dejaría que los migrantes pasan inanición, por lo que todos los días trata de llevar botes de agua y alimentos para ayudar a los extranjeros.
Así como el señor Saúl, otras personas de los alrededores decidieron ser empáticos y ayudar con el abastecimiento de agua, dejando a los migrantes tomar el líquido vital de sus negocios y que los lleven hasta sus refugios de vuelta al campamento.
Con esta agua es con la que se han podido mantener hidratados, sin embargo, al ser tan poco la que consiguen, es necesario relacionarla durante el día, “tenemos que decidir entre si nos bañamos o tomamos agua”, sentenció Sandra.
Asimismo, Reynaldo quien también es venezolano concordó que lo único que pueden hacer para soportar el calor es mantener la esperanza de que pronto llegarán a Estados Unidos y conseguirán un lugar al cual llamar hogar.
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Mientras tanto, buscan sombras en todos lados y de no encontrarlas solo les queda fabricar ellos mismos, “es complicado, pero es lo único que podemos hacer hasta que lleguemos al final de nuestro camino”.
Aunado a lo anterior, el venezolano de nombre Cristian añadió que además de la esperanza, es necesario estar preparados para adaptarse a cualquier situación, “tenemos que soportarlo, buscar la manera de adaptarnos a cualquier necesidad, si es complicado, pero no imposible”.
Por su parte, el señor José, otro migrante que se encuentra dentro del campamento indicó que se le hace muy difícil el clima de la capital, debido a que las mañanas y las tardes son realmente calurosas, pero las noches son frías.
Finalizó señalando que el calor es fácil de soportar cuando se tienen el dinero y/o la ayuda para conseguir bebida, mientras se mantengan hidratados no les pasara nada malo y podrán superar las olas de calor que tengan que pasar mientras llegan a la frontera.