Lamentan los obispos de la provincia eclesiástica de Chihuahua el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas al interior del templo parroquial; “No podemos permanecer en silencio, debemos alzar la voz por éste y todos los acontecimientos de violencia que estamos viviendo, hoy de manera especial nos duele, ya que se trata de dos hermanos sacerdotes que estaban cumpliendo con su labor pastoral de proteger y defender la vida del otro, es urgente trabajar por la paz de nuestros pueblos y llegar a compromisos concretos”.
A través de un documento firmado por el obispo Constancio Miranda Weckman, Arzobispo de Chihuahua; Monseñor Guadalupe Torres, obispo de Ciudad Juárez; Mauricio Urrea Carrillo, obispo de Parral; Juan Manuel González, obispo de la Tarahumara; José de Jesús Herrera, obispo de Nuevo Casas Grandes; Camilo Daniel, administrador diocesano Cuauhtémoc-Madera, expusieron su postura por los hechos antes referidos.
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El documento cita lo siguiente: “A la Diócesis de la Tarahumara, a la Compañía de Jesús y a la comunidad parroquial de San Francisco Javier en Cerocahui.
Los obispos de la provincia eclesiástica de Chihuahua, con profunda tristeza, lamentamos los hechos violentos, sucedidos en el interior del templo parroquial; en los que les fue arrebatada la vida a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar y junto con ellos a un laico de dicha población.
"Hoy nos duele, porque se trata de hermanos sacerdotes cumpliendo con su labor pastoral", manifestaron
No podemos permanecer en silencio, debemos alzar la voz por éste y todos los acontecimientos de violencia que estamos viviendo no sólo en nuestro Estado sino en toda nuestra patria. Hoy de manera especial nos duele, ya que se trata de dos hermanos sacerdotes que estaban cumpliendo con su labor pastoral de proteger y defender la vida del otro.
Esta situación de violencia que ha alcanzado niveles alarmantes nos urge a la conversión, al cambio, a ser artesanos de paz siempre a favor de la vida. Ya los obispos de México hacíamos este llamado, cuando dijimos: "se está deteriorando, en la vida social, la convivencia armónica y pacífica. Esto sucede por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta en robos, asaltos, secuestros, y lo que es mas grave, en asesinatos que cada día destruyen mas vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad entera" (n. 10 Que en Cristo nuestra Paz tenga vida digna).
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Es necesario que todos nos unamos, "Para que juntos, y aportando lo que le es propio a cada uno, podamos reconstruir el tejido social de nuestro país. Creemos que es urgente trabajar por la paz de nuestros pueblos y llegar a compromisos concretos. Como sociedad mexicana es necesario combatir todas aquellas situaciones de corrupción, impunidad e ilegalidad que generan violencia y restablecer las condiciones de justicia, igualdad y solidaridad que construyen la paz" (PGP n. 175).
A todos nos corresponde trabajar por la construcción de un verdadero ambiente de paz. A las autoridades, trabajar por el esclarecimiento del crimen de estos tres hermanos nuestros, la procuración de justicia y la recuperación de los cuerpos para darles cristiana sepultura. Al pueblo fiel unirse en oración para suplicar al Dios de todo consuelo, implorando por la paz, la tranquilidad y la seguridad en todo sentido y el arrepentimiento y la conversión de quienes generan la violencia”.