Luego de que se aprobara en comisiones del Senado el llamado plan b en materia electoral, el Senador chihuahuense, Gustavo Madero anticipó que la oposición votará en contra y en caso de que sean aprobadas, se interpondrá un recurso de impugnación.
“El proceso legislativo y el contenido del dictamen tiene un amplio número de errores constitucionales, por tal motivo es que se interpondrá una acción de inconstitucionalidad”, agregó el legislador integrante del Grupo Plural en el Senado.
Añadió que esperan que cuando se interpongan los recursos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cumpla con su función que es cuidar la constitucionalidad, sin embargo en ocasiones le gusta dijo, “hacerle el caldo gordo al presidente”.
Aclaró Madero Muñoz que el tema de transferencia de votos de un partido político a otro, se eliminó por ser considerada la propuesta como inconstitucional.
“Se dedicaron a desmantelar la estructura del Instituto Nacional Electoral, desaparecer el servicio profesional de carrera, compactan y desparecen muchas dependencias, lo que es un proceso vergonzoso”, refirió.
Hoy se llevará cabo la primera lectura, mañana se vota en el pleno del Senado, posteriormente se turnará a Cámara de Diputados para que la voten el jueves que es el último día de sesión ordinaria, por lo que Morena buscará lograr la legislación de manera, Fast Track, concluyó.
La propuesta consiste en que la estructura del INE y del Tribunal Electoral sea compactada. Desaparece la secretaria ejecutiva y el servicio profesional de carrera. Se fusionan o eliminan diversas direcciones, áreas y unidades técnicas. Se planteó también que sus órganos distritales pasen de 300 a 260 en todo el país y que tengan carácter temporal y no permanente.
Asimismo los consejeros electorales tendrían, tal como se planteó la iniciativa, menor facultad para interpretar la ley en cuanto a procesos sancionadores. Al tiempo que se acotan las facultades de sanción del INE y el Tribunal Electoral, los márgenes de lo que pueden decir o promocionar los políticos se amplían, un cambio que repercutiría directamente en la carrera por la sucesión presidencial.
El “plan B” propone que los procesos electorales comiencen en noviembre y no en septiembre, como estaba previsto antes. Los procesos para capacitar a los ciudadanos serán más cortos, por ejemplo, así como su selección para integrarse a las mesas de casilla. La idea de compactar el calendario electoral va de la mano de la idea de reducir costos. Se busca eliminar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que daba tendencias de las votaciones a partir de muestras estadísticas. En cambio, el cómputo de resultados finales se dará a conocer en tiempo real desde el día de la votación.