Este domingo la comunidad católica reunida en la Catedral Metropolitana de Chihuahua se unieron en oración para mantener la memoria, implorar justicia, frenar la violencia y ser artesanos de paz.
El párroco de Catedral Raymundo López Aguirre presidió la celebración eucarística dedicada a las víctimas de desaparición y homicidio como parte de la Jornada de Oración por la Paz a la que han convocado las organizaciones religiosas católicas durante el mes de julio.
En el evangelio de San Lucas se reflexionó sobre cómo Dios da a manos llenas, “Quien pide recibe, quien busca encuentra y a quien toca le abren. El Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan”.
El sacerdote animó a la grey católica a tener compasión de los demás, a tender la mano y ayudarse generosamente los unos a los otros, pero sobre todo a orar.
Dijo que muchas veces se pierde la vida de oración entre las prisas de la vida cotidiana, sin embargo Jesús les sigues invitando y esperando para mostrar su misericordia.
“Es muy importante hacer oración para descubrir lo bonito y maravilloso de Jesús, quien nos invita a que nos abandonemos en los brazos tiernos y cariñosos de Dios para experimentar su amor, bondad y ternura”, dijo
El presbítero hizo énfasis en que los fieles deben animarse a pedirle a Dios que venga su reino que nos abrace su ternura que dé el pan de cada día y perdone como nosotros perdonamos, los exhortó a no abandonarse en la violencia, sino que sean agentes promotores de paz.
En la oración comunitaria se pidió por los obispos y presbíteros, por los gobernantes , por las víctimas de la opresión y la violencia, así como por cada uno de los bautizados para que sean promotores de paz.
Además se pidió a los presentes traer a la memoria a las víctimas de desaparición y homicidio, para ello se pidió la intercesión de algunos santos como San Agustín, San Benito, San Ignacio de Loyola, San Martín de Porres, Santa Rita de Casia, Santa Teresa de Calcula y San Pedro de Jesús Maldonado, entre otros.
De la misma manera se invocó a Jesús vencedor del sepulcro a quien se le rogó para que escuche las plegarias de su pueblo.