Que cada uno con lo que ha recibido se ponga al servicio de los demás será el camino hacia la plenitud de la vida, afirmó Monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua, al presidir la misa dominical de tiempo ordinario, donde se elevó una plegaria por el aniversario de vida del jerarca de la iglesia católica en Chihuahua.
Este domingo se sumaron diversas parroquias y movimientos laicales a la Jornada de Oración mensual pidiendo a Dios para rescatar a los adolescentes y jóvenes reclutados por la delincuencia y crimen organizado. Además por aquellas personas que se vuelven ricos haciendo negocios fraudulentos.
La Conferencia del Episcopado Mexicano informó que se estima que alrededor de 250 mil niñas, niños y adolescentes se encuentran en situación de riesgo de ser reclutados y utilizados por grupos delictivos.
En la celebración eucarística en la Catedral Metropolitana de Chihuahua se reflexionó que Dios que querido compartir con los seres humanos el universo, la vida, el amor, la inteligencia, la cultura, la educación y bienes materiales, pero sobre todo a su hijo para que puedan salvarse y llegar a la vida eterna, sin embargo a cada uno les toca estrechar la mano salvífica que ofrece sabiendo utilizar correctamente los dones que les ha dado.
Monseñor Miranda hizo énfasis en que la parábola del administrador astuto que se reflexionó en el evangelio no exalta a los tramposos, quienes se hacen héroes robando y abusando de los demás, sino que la lectura invita a saber invertir en lo que dará réditos para el cielo. “Hay que meterle la carne al asador a las cosas que nos dará réditos para el cielo, haciendo del dinero y de las cosas, pocas o muchas, acciones que ayuden a encontrar el fin último”
Destacó que muchas veces arrastrados por el egoísmo, se hacen esclavos del dinero y de las cosas hasta olvidar el sentido de la vida y arriesgar la vida eterna. “Hacemos trampas, pagamos menos, cobramos de más, evadimos impuestos, defraudamos, explotamos a los empleados, nos quedamos con el cambio, somos avaros y nos desentendemos de quienes padecen miseria, y al final solo se consigue la soledad, el vacío, y el sin sentido de la vida al contribuir a crear un mundo injusto con diferencias abismales.
“El dinero debe estar al servicio de la persona y no la persona la servicio del dinero. Si cada uno hacemos algo para poner fin a tantas injusticias sociales la realidad puede cambiar”.
El arzobispo mencionó que el Señor invita a poner todas nuestras buenas cualidades humanas y el ingenio al servicio del reino para conseguir la salvación.
En la oración comunitaria se elevó una plegaria por las actitudes de los ricos que viven encerrados en su riqueza, por los cristianos perseguidos por su fe y por lo que se vuelven ricos haciendo negocios fraudulentos.
Finalmente se entonaron las mañanitas para el arzobispo, la hermana Oly y todos los servidores del altar que celebraron un año más de vida.