Testimonios de los migrantes que se encuentran todavía en el campamento migrante comentaron que durante la noche del lunes algunos migrantes salieron del campamento en vehículos particulares y en tren, para que esta mañana, poco más de 30 personas arribaron al campamento ocupando las carpas que apenas habían desocupado.
Durante la noche y madrugada del pasado domingo la mayor parte de los migrantes que se encontraban en el campamento al sur de la ciudad, que se ubica sobre el bulevar Juan Pablo II y calle Industrial 10, dejaron los patios con el único remanente algunas de sus pertenencias.
No obstante, para las 10:00 de la mañana de este martes, un vagón de Ferromex dejó en la capital al menos a 30 personas que también se encuentran en situación de movilidad, por lo que se refugiaron en dicho campamento esperando a que otro tren salga de la estación Tabalaopa, esto debido a que se encuentran decididos a cruzar la frontera sin pasar más de lo debido en un solo lugar.
“Solo estamos de paso, estamos cansados de que en cada lugar donde se para el tren nos traten como criminales y nos hagan quedarnos más tiempo de lo que queremos, por eso, en cuanto salga en tren nos vamos a trepar”, comentó Julián, uno de los venezolanos que iba en el grupo de migrantes.
No obstante, hay algunos de estos migrantes que, escuchando las historias de maltrato por parte de los agentes de migración, están decidiendo quedarse un poco más en la ciudad para conseguir dinero y poder tomar un medio de transporte que sea más seguro.
Esto debido a que temen a sufrir algún accidente mientras están arriba de los vagones, como caerse y terminar debajo de las llantas, así como ya ha pasado en otras ocasiones en que las personas perdieron miembros e incluso, la vida.
Por otro lado, Lidia, una mujer venezolana que tiene alrededor de dos semanas en el campamento, no ha seguido su camino debido a que está esperando a que llegue su familia, quienes fueron deportados para el sur del país y actualmente están volviendo a realizar su trayecto hasta Chihuahua.
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Lidia comentó que una vez que su familia llegue a la ciudad, volverán a retomar su camino para la frontera con Estados Unidos, dado a que ya tienen amigos y familiares que se encuentran en proceso de ingresar y unos pocos ya encontraron un lugar donde dormir y un buen trabajo.