El Magistrado de la Séptima Sala Civil, Luis Villegas Montes, pidió al ex Presidente Pablo Héctor González Villalobos, realizar un debate público, para que dé una explicación a todo el desprestigió y la intromisión política que generó, cuando era el titular del Tribunal Superior de Justicia, según publicó en una carta pública.
“Ya me cansé, hasta la náusea, durante días he estado esperando que el autor y responsable del estropicio salga a dar la cara y dé cabal explicación de su estulticia supina, de su inexplicable ingenuidad política, de su reconocida falta de escrúpulos, de su incompetencia probada y de su absoluta falta de integridad. Me refiero, por supuesto, a Pablo Héctor (alias “El Espada Veloz”) González Villalobos” refiere el Magistrado en su escrito.
En su escrito de una reseña de todo lo que se vivió al interior de Poder Judicial por algunas semanas, desde el intento de ratificación de dos jueces, el intento de destitución de un magistrado y una serie de cuestionamientos más que se generaron al interior del órgano judicial, durante la gestión del ex Presidente.
“Al Poder Judicial no lo represento; los magistrados ya están grandecitos, ya entienden la vida y ya saben lo que hacen; así que quedo yo, solo (otra vez), para defenderse de los ataques, improperios y cuestionamientos que personajitos, mayormente representados por una izquierda mezquina, famélica y retrógrada, indirectamente han dirigido a mi batalladora, bruna y oronda persona” continuó
El Magistrado Villegas, dijo que el único responsable de intentar inmiscuir a otro poder en una decisión interna del Tribunal (tomada desde casi dos semanas atrás por sus integrantes) y derivada de su simpleza, candidez, desvergüenza, ineptitud, cobardía y deshonestidad intelectual, es el propio Pablo Héctor González Villalobos.
“Desde estos párrafos hago público que rechazo cualquier línea editorial que me impute responsabilidad en estos hechos que son exclusivos del expresidente y su ínfima camarilla quienes con alma de veleta, desde hace casi diez años, y hasta la náusea, hicieron lo posible, y hasta lo imposible, por acceder al poder a cualquier precio (yendo a despellejarse las manos aplaudiéndole a Serrano o alimentando la locura de Corral pocos meses más tarde); así como a todos aquellos que le atribuyen al suscrito una mala entraña, que solo existe en la imaginación enferma y calenturienta del pobre Pablo y de sus secuaces, voceros, correveidiles y alguna que otra lagartija colada” indicó.
A los integrantes del tribunal, jueces y secretarios de sala y de juzgado, compartió que en siete años, nunca, jamás, en ninguna situación, bajo ninguna circunstancia, ni pública ni privada, les he amenazado o faltado al respeto o consideración y que sus manifestaciones, dichos y hechos, son públicos.