La extracción de agua de la presa La Boquilla continuará hasta culminar el ciclo el 30 de septiembre, ello a pesar del riesgo sanitario y ecológico que representa para los pobladores aledaños al embalse, quienes sólo recibieron promesas de agua potable, sólo acudió el subsecretario de Turismo a atender a prestadores de servicio.
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Los pobladores de La Boquilla se organizaron para manifestarse y exigir el cierre de la presa debido a que empezaron a sufrir el desabasto de agua potable en sus hogares.
Desde siempre el poblado había disfrutado del servicio de agua potable por la presa, por el agotamiento del embalse el sistema por gravedad ya no surte de manera efectiva.
A ello se sumó la preocupación de los pescadores y prestadores de servicio que también dependen del embalse.
Una comitiva de residentes de la zona fue recibida por el secretario de Gobierno, Santiago de la Peña y el subsecretario Óscar González, quienes se ofrecieron de mediadores.
Además en la reunión estuvo presente Mario Mata Carrasco, director de la Junta Central de Agua y Saneamiento, quien se ofreció a proporcionar equipos de potabilización de agua, para que pudieran filtrar el agua que reciben de la presa. A la fecha no se ha cumplido el compromiso.
El agua que sale en las tomas de los domicilios sale muy rebotada, ello por el bajo nivel del embalse. También se les ofrecieron pipas.
Al poblado sólo llegó el subsecretario de Turismo para ofrecer apoyo a los prestadores de servicio. Le dieron un recorrido por el embalse para que pudiera checar la situación y escuchar a los afectados.
A la fecha La Boquilla tiene un gasto de 24.300 m3/segundo y se seguirá extrayendo el agua conforme al plan de riesgos que se trazó.
A pesar de que se propuso acortar el ciclo agrícola los 10 módulos de riego decidieron que no sería posible por lo que terminará el 30 de septiembre.