El próximo 11 de febrero se conmemora el 87 aniversario del martirio de San Pedro de Jesús Maldonado, por lo que se invita a la feligresía católica a participar de la misa solemne, además los hombres y mujeres a caballo realizarán una cabalgata en su honor.
Cabalgantes de Chihuahua en coordinación con el Ayuntamiento de Chihuahua están preparando la decimotercera edición de las 11:00 horas del Santuario de San Pedro de Jesús Maldonado hacia la seccional de El Charco.
El domingo 11 de febrero a las 12:30 horas se realizará la procesión, que iniciará en la entrada al santuario, entre el edificio de la Fundación del Empresariado Chihuahuense y una tienda de café.
A las 13:30 horas será la celebración eucarística que será presidida por monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua.
Un santo mártir chihuahuense
El martirio del padre Pedro de Jesús Maldonado inició el 10 de febrero, cuando el Jefe de las Guardias de la reserva Rafael Armendáriz recibió la orden de aprehensión en contra del sacerdote por violar las leyes de culto.
La historia da cuenta que entre la una y las dos de la tarde comenzaron a golpear la puerta de una familia donde el sacerdote se encontraba celebrando la santa misa, en vísperas de Semana Santa. Al oír los toquidos los asistentes se escondieron. Un grupo de mujeres trató de calmar a los agresores del sacerdote, pero éstos ya habían mandado traer gasolina para quemar la casa en la que se encontraba el padre y quienes lo acompañaban.
Ante el peligro el sacerdote decidió enfrentar a sus agresores, salió por su propio pie de aquella humilde casita, llevando consigo sólo el relicario con las hostias consagradas. Se lo llevaron a pie, durante todo el camino el sacerdote rezó el rosario, mientras que las mujeres que lo acompañaban rezaban junto a él.
Al llegar a la presidencia, los rurales con palabras altisonantes, exigieron a las mujeres se fueran o de lo contrario las iban a encarcelar. Las mujeres ya presentían el peligro, por lo que se abrazaron a la sotana del padre, sin embargo la respuesta de los rurales no se hizo esperar y a empellones las retiraron del lugar, incluso a algunas las encarcelaron.
Los rurales condujeron al sacerdote a la planta alta de la presidencia, donde ya lo esperaba Andrés Rivera, quien golpeó al presbítero con la pistola. Hubo jaloneos y más golpes, el relicario cayó al suelo y se regaron las hostias. Uno de los rurales recogió una de las hostias y se la dio a Pedro de Jesús.
Ahí, en un rincón de la presidencia, el hombre brutalmente golpeado permaneció sin auxilio. Horas más tarde el conserje se atrevió a voltearlo para que no se ahogara con su propia sangre. Mientras él se desangraba, sus agresores se dedicaron a emborracharse el resto del día y la noche.
Al siguiente día, llegaron unos policías por Pedro de Jesús. Al ver su estado realizaron las gestiones necesarias para trasladarlo a un hospital.
Pedro de Jesús Maldonado llegó con vida a Chihuahua al Hospital de Beneficencia -hoy Hospital Central Universitario Dr. Jesús Enrique Grajeda-, los médicos que lo atendieron no pudieron salvarle la vida, debido a las múltiples contusiones craneales, encefálicas y abdominales.
Llegó inconsciente, con la presión arterial abatida, y sin pulso. A la edad de 44 años falleció el 11 de febrero de 1937. De acuerdo a la autopsia su muerte se debió a lesiones de cráneo.
El cuerpo del sacerdote fue trasladado al Obispado, que en ese entonces, se ubicaba en el Paseo Bolívar, frente al Parque Lerdo. En 4 diferentes templos de la ciudad se oficiaron misas para avisar a la grey católica. Por medio de los lecheros hicieron correr la voz de la muerte de Pedro de Jesús a los ranchos más cercanos.
Una multitud se reunió en el parque Lerdo para ver por última vez al sacerdote. Los mismos fieles fueron quienes cargaron el ataúd, mientras rezaban el rosario y coreaban ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva el Padre Maldonado!
La primera manifestación para repudiar este atroz asesinato se realizó el 14 de febrero a pesar de que el presidente municipal Manuel López Dávila les había negado el permiso. Los manifestantes hicieron una marcha desde el parque Lerdo hasta el Palacio Federal, donde pidieron que se castigara a los culpables y que se reanudaran los cultos en los templos.
Luego rompieron el silencio con el repique de campanas de Catedral, San Francisco, el Santuario de Guadalupe y en los templos que fue posible.
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En 1992 el Papa Juan Pablo II lo declaró beato y fue canonizado en el 2000. Fue el único sacerdote sacrificado durante los largos y tortuosos años de persecusión religiosa en Chihuahua.
Este próximo domingo, la ger católica se reunirá para rendirle honor, y así como realizaron una procesión con su cuerpo, ahora la harán en las inmediaciones del Santuario que lleva su nombre.