El Consejero Electoral del Instituto Nacional Electoral, el Maestro Martin Faz Mora, presentó el Informe país 2020, donde se destacó algunos de los resultados relacionados con la regularidad de participación ciudadana en los procesos electorales, la confianza que los ciudadanos tienen a la representación, la percepción ciudadana respecto a la corrupción y clientelismo que desincentiva la participación.
La presentación se llevó a cabo en las instalaciones del Tribunal Estatal Electoral, donde se detallaron resultados sobre encuestas realizadas a ciudadanos en percepción de confianza en las instituciones públicas.
Detalló que el objetivo de este Informe es dar cuenta del sistema de representación y de participación en México, el cual se desarrolla en un medio caracterizado por enormes desigualdades sociales, económicas, políticas, culturales y de género que afectan la calidad democrática y determinan las expectativas ciudadanas. El Informe parte del reconocimiento de los principales obstáculos que nuestra democracia enfrenta y que pueden considerarse como déficits o trastornos de esta.
Este Informe evalúa el estado de la democracia y ciudadanía en México en tres dimensiones; la representación (confianza institucional, relación entre la ciudadanía y la autoridad, identidades políticas, partidos políticos, imaginarios sobre el país, subrepresentación y exclusión de diversos grupos); la participación en sus diversas dimensiones (cívica, comunitaria, ciudadana, política y electoral); y los trastornos y déficits de la democracia (clientelismo, corrupción, coacción, intolerancia, discriminación y exclusión).
Entre los problemas que la ciudadanía percibe como los más apremiantes destacan: la corrupción (55%), la pobreza (53%), la inseguridad y delincuencia (50%), el desempleo (50%) y el mal desempeño gubernamental (25 por ciento).
La ciudadanía mexicana parece mantener altos niveles de desconfianza tanto en las instituciones y en quienes gobiernan, como en otras ciudadanas y ciudadanos. Al revisar los datos de la En cuesta Nacional de Cultura Cívica, (ENCUCI), se observa que el conocimiento y proximidad de las personas incide positivamente en los niveles de confianza de la ciudadanía. El promedio de confianza (en una escala en la que 0 es nada y 10 es alta confianza.
Con relación a la confianza ciudadana en las instituciones públicas y sociales, destaca el nivel de confianza que alcanzan las universidades públicas (70% dijo tener mucha y algo de confianza en ellas). Más allá de ese dato, aparece una jerarquía que no representa ninguna novedad, en donde la mayor confianza está depositada en las fuerzas armadas (Ejército y Marina Armada con 64%) y ahora también en la Guardia Nacional (61%). Después de los militares, la institución en la que más confía la ciudadanía es el INE (60%,) y luego el Presidente de la República (53 por ciento) y partidos políticos con el menor porcentaje de (22%).
Indicó el Consejero que la percepción crítica que la ciudadanía mexicana tiene del funcionamiento de la democracia, sin duda, se relaciona con la importante presencia de los trastornos de la democracia identificados y descritos en este Informe. Existe una alta percepción de que la corrupción y las prácticas clientelares se encuentran extendidas en el país.
Esto constituye un foco de atención porque puede no solo generar desapego hacia el sistema político, sino también desincentivar la participación política al generarse la percepción de que no es posible hacer algo para remediar esta situación. También, respecto a temas de discriminación, existen retos importantes, como lo señala este Informe, resaltó.
Asimismo dijo que la ciudadanía percibe que la discriminación entre mexicanos se acentúa por la clase social, la forma de vestir, la orientación sexual, el color de piel y la manera de hablar de las personas. Los altos niveles de corrupción, la extensión del fenómeno de clientelismo y la frecuencia de la discriminación experimentada por las y los ciudadanos ponen en entredicho los avances logrados por la democracia mexicana en cuanto a la construcción del Estado de Derecho y de una ciudadanía más igualitaria y cohesionada.
Estos son, sin duda, los retos que requieren de atención urgente y que necesitan ser atendidos para lograr el fortalecimiento de la democracia mexicana, finalizó.