El doctor Mauricio Beuchot presentó la conferencia magistral ‘Los Derechos Humanos desde la hermenéutica analógica’, en el Polifórum de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, ante un recinto lleno, en el que estuvieron presentes autoridades universitarias, de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Chihuahua, del Seminario de Chihuahua, e invitados especiales.
Expuso que en la filosofía actual hay dos corrientes que son la analítica y la hermenéutica. La primera la describió como muy elegante, con lógica simbólica, filosofía de la ciencia, filosofía del lenguaje, que evoca una lógica matemática, que obliga a pensar de manera coherente, consistente, para hacer una diferencia lógica adecuada.
Sobre la hermenéutica, dijo que es la disciplina filosófica que enseña a interpretar textos, que es lo que se hace en las humanidades.
“He tratado de articular una hermenéutica analógica, porque, sabemos por la filosofía del lenguaje que hay tres significados: el significado unívoco, que es claro y distinto; rígido y riguroso, pero pocas veces alcanzable en las humanidades. Y al contrario, está el significado equívoco, que es confuso y difuso; oscuro y totalmente ambiguo y que no sirve para hacer ciencia y tampoco filosofía. Pero en medio de los dos, está el significado analógico, que no tiene la finalidad ni distinción del unívoco, no pretende lo que pocas veces lo podemos alcanzar. Tal vez, en las ciencias formales, como la matemática. Nuestro pensamiento es analógico, pero ya no se cumple aquello que decía el gran Descartes, ya también en las ciencias más formales, cabe la interpretación. Por eso, la hermenéutica se ha posicionado como el movimiento filosófico de más actualidad”, afirmó Beuchot.
En ese sentido, acotó que sin embargo, hay una hermenéutica unívoca, desde la filosofía analítica que describió como la filosofía científica, que es cultivo de la lógica, que mencionó, en la postmodernidad, se ha olvidado bastante, porque se han quitado muchos semestres de lógica.
“El filósofo postmoderno se auto refuta sin darse cuenta, a veces ya ni es chiste poder discutir con ellos. En cambio, en la filosofía analítica, en la lógica matemática, era un reprobadero sabroso. Te salía o no te salía, pero ahora, mis alumnos postmodernos dicen ‘yo siento’; por lo menos di: ‘yo pienso’. O hacen un giro nada más: ‘Sí, no’ y tienes que decirles que sí, porque todo vale en la postmodernidad. Pero la postmodernidad ya está de salida”, compartió.
Sobre los derechos humanos explicó que son los que tienen las personas por el solo hecho de ser humanas, que se centran en la dignidad humana. Kant con su imperativo categórico, a través de varias formulaciones, hace ver que todo se fundamenta en la gran dignidad del ser humano.
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“Recordemos como lo decía el grande Francis Bacon, el ser humano es digno, porque es el dueño de la naturaleza. Hay que cambiar eso, un ser humano que lo ponga como el cuidador de la naturaleza; también el humanismo, como lo decía Samuel Ramos, tiene que salir de México, creo que tenemos pendiente esa tarea. De eso se sigue, que los derechos humanos tienen una universalidad inalienable, si ello les fuera quitado, dejarían de ipso facto dejar de ser derechos humanos, para ser derechos de ciertos grupos humanos; pero no de todos. Por eso es importante asegurar la universalidad que se enfrenta a la particularidad que vivimos en la actualidad”, dijo.
Añadió que trata de analizar ahora en los diferentes pluralismos culturales, pues serán muy diversos, según la perspectiva de lo que se ha planteado, de los que uno será el pluralismo univocista; otro, el pluralismo equivocista, y otro, en analógico. Reconoció que también hay la posibilidad de que haya un pluralismo en el que los derechos humanos se entiendan de manera diferente, o sean vistos así, solo en parte.