Al décimo mes de 2023, el costo de la canasta alimentaria urbana ascendió a 2 mil 224.83 pesos, 112.73 pesos más que en el mismo periodo de 2022, pero 500.46 pesos más que hace tres años, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social(Coneval).
El costo de la canasta alimentaria urbana en octubre de 2023 fue de 2 mil 224.83 pesos, y la rural de mil 701.52 pesos. En octubre del año pasado, la canasta alimentaria urbana valió 2 mil 112.10 pesos, y la rural mil 624.24 pesos. En tanto que en el décimo mes de 2021, la canasta alimentaria urbana fue de mil 724.37 pesos y la rural mil 319.60 pesos.
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En tanto que la canasta alimentaria y no alimentaria urbana registró un valor de 4 mil 387.22 pesos, y la rural de 3 mil 166.06 pesos, para octubre de 2023; mientras que un año antes, la canasta alimentaria y no alimentaria urbana estaba en 4 mil 298.93 pesos y 3 mil 022.77 pesos la rural.
Pero en octubre de 2021 la canasta alimentaria y no alimentaria urbana estaba en 3 mil 843.24 pesos, y la rural 2 mil 715.42 pesos, según el comparativo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
El Consejo actualiza mensualmente los valores monetarios de las Líneas de Pobreza por Ingresos (canasta alimentaria más no alimentaria) y Líneas de Pobreza Extrema por Ingresos (canasta alimentaria) utilizando el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) calculado y publicado por el INEGI.
Los valores monetarios de las Líneas de Pobreza por Ingresos están disponibles desde enero de 1992, por lugar de residencia rural y urbano.
Es importante recordar que, las Líneas de Pobreza por Ingresos tienen como propósito contar con un referente monetario para determinar si lo que perciben las personas es mayor o menor a ciertos umbrales de ingreso establecidos de acuerdo con criterios específicos, es decir, si el ingreso corriente por persona es suficiente para adquirir los productos de las canastas.
En este sentido, no constituyen una sugerencia del patrón de gasto que deben adoptar los hogares mexicanos para cubrir sus necesidades, debido a que la estructura del gasto depende de las necesidades, la disponibilidad de bienes de consumo y preferencias específicas de cada individuo o familia.