En una emotiva reunión presidida por la ex primera dama del municipio, Luisa Fernanda Camberos Revilla, y el director de Seguridad Pública Municipal, comisario Julio César Salas González, fue reconocida una “grande” de la dependencia policial, un ícono y ejemplo de trabajo, pasión y orgullo, que la han hecho permanecer en la DSPM por 36 años al servicio de la comunidad.
Licenciada en Psicología en el área clínica y muchos años de experiencia que la avalan, preceden a María del Socorro Ruacho Delgadillo, la actual jefa del departamento de Trabajo Social de las comandancias norte y sur, quien a pesar de tener la capacidad jurídica de retirarse, continúa al frente del área, por la pasión y vocación que siente por las actividades que realiza.
Para un funcionario municipal recibir esta valiosa insignia, después de 36 años ininterrumpidos de servicio, no es algo que se debe tomar a la ligera; significa esfuerzo, dedicación, resultados y entrega a lo que se hace, como es el caso de la licenciada Ruacho, conocida así entre sus compañeros.
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Ella ha sido un ejemplo de servicio a la comunidad desde que inició en la DSPM hace más de tres décadas. Su amor por los más vulnerables que acuden en busca de ayuda, especialmente por las niñas, niños o adolescentes, han sido su principal distintivo y su mayor satisfacción, como ella misma lo narró al ser entrevistada. “Hay tantas situaciones difíciles y casos complicados en nuestra sociedad, no ha sido nada fácil lidiar con ellos y muchos me llegan hasta el alma, me hieren como si se tratara de mis propios hijos, de mi propia familia”.
Tantos años de servicio no podían pasar desapercibidos, por ello el actual jefe policial tuvo a bien dar el primer paso para reconocer no sólo el esfuerzo y dedicación de las y los uniformados, sino de aquellos colaboradores administrativos que han dado un plus en su labor hacia la comunidad chihuahuense, entregándoles una placa distintiva que sólo se otorga a los mejores de la corporación preventiva. Enhorabuena por ella.
Para Ruacho Delgadillo la remuneración económica no es lo que la ha movido a entregarse al 100 por ciento, sino las sonrisas, escuchar los conflictos de las personas y poder hacer algo para que tengan una mejor vida y puedan vivir en armonía. Darles algo de fe y esperanza, es su mejor recompensa.
“Estoy muy emocionada y no creía que fuera a recibir algo de nuestro director ni de la señora Camberos por mis años de servicio en la Policía Municipal. No ha sido sencillo, pero mi entrega ha sido la misma desde el primer día que entré y eso lo hace llevadero, lo sigo haciendo con mucho amor; por los jóvenes, los adultos mayores o las mujeres que tienen problemas familiares o de adicciones, que acuden diariamente a pedirnos un consejo o ayuda para resolver sus conflictos”, expresó con la voz quebrantada la servidora pública.