Juan Luis Longoria Granados, de la comunidad ndé (apache), y Efraín Rodelas Bustillos, de la etnia ralámuli, encabezaron un acto de desestimación al monumento de Tres Castillos, ubicado en la avenida Zarco y Cuauhtémoc, de la ciudad de Chihuahua, donde arrojaron mechones de cabello y monedas de centavos en repudio a la persecución de los pueblos originarios de la entidad.
Con una navaja en mano, Juan Luis tomó un mechón de su cabello y lo arrojó al pie del monumento, al tiempo que expresaba que así como su pueblo fue perseguido y sus cabelleras eran presentadas como botines de guerra, así mismo este 2021 él “ofrendaba” también su cabello. Además, arrojó unas monedas de diferentes denominaciones inferiores a los pesos, y dijo que así como su gente era comercializada por centavos, así ahora repudiaba a quienes los habían esclavizado.
Al acto de desestimación se unió Efraín Rodelas Bustillos, de la etnia ralámuli, quien también arrojó un mechón de su pelo y se pronunció por la libertad y dignificación de las cinco etnias indígenas del estado de Chihuahua: los ralámuli, ódame, pimas, guarojíos y ndé.
Previamente recordaron la batalla de Tres Castillos, en 1880, cuando personas mestizas llegaron hasta el paraje donde se encontraba acampando un grupo de la comunidad ndé, de aproximadamente 50 integrantes, siendo alrededor de 18 hombres guerreros, y el resto mujeres, niños y ancianos, quienes fueron masacrados. Las víctimas mortales perdieron sus cabellos y los rehenes fueron tratados como esclavos.
Posteriormente, en 1910, el monumento honra a los héroes de Tres Castillos (entre ellos Joaquín Terrazas), y proclama su lucha por el progreso y en contra de la supuesta barbarie.
Luego del acto de desestimación, un grupo de personas con sus vestimentas tradicionales indígenas se encaminaron hacia el Centro de la ciudad, a la Plaza de Armas, hasta llegar al monumento de Antonio Deza y Ulloa, que simboliza la fundación de Chihuahua, en el aniversario de la fundación de la ciudad que hoy es hogar común de todos los hombres y mujeres, sin distinciones de etnia, raza o condición.
“Estamos tratando de darles una posición de dignidad a los pueblos indígenas, en Chihuahua hay 136 mil ciudadanos indígenas, y también buscamos trabajar con las comunidades a través del programa ‘Por el cariño de mi comunidad’, en el que tratamos de rescatar los valores más antiguos y, a la vez, buscar posicionar a la sociedad indígena, donde debe estar, con el resto de la sociedad chihuahuense”, afirmó Rodelas Bustillos.