Pese a que tras la pandemia del Covid-19 los casos nuevos de depresión en la entidad aumentaron un 31% respecto a 2020, el estado de Chihuahua no recibió apoyo federal para el concepto de salud mental para este 2021, de acuerdo con datos por entidad federativa del Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Salud Mental, publicado en el Diario Oficial de la Federación.
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El subsidio de colaboración entre el gobierno federal y las entidades federativas muestra que en 2019 la cifra destinada por la federación para salud mental y adicciones fue de 8 millones 201 mil pesos; para 2020, fueron nueve millones 093 mil pesos, mientras que para el presente año, el rubro de salud mental aparece en ceros.
Por otra parte, el Sistema de Epidemiología de Salud registra que en la entidad, los casos nuevos de depresión aumentaron 31%, al pasar de 4 mil 429 en 2020 a 5,820 casos nuevos en lo que va de 2021; los casos de ansiedad generalizada pasaron de 4 mil 790 a 5 mil 612, es decir 17 por ciento más entre un año y otro. Los casos de trastorno del sueño, pasaron de 3 mil 520 a 4 mil 210, un 19.6 por ciento más.
En la actualidad, las mujeres de entre 26 y 35 años, representan el 70 por ciento de los pacientes con alguna enfermedad mental que son atendidos en la entidad, y los más comunes son la ansiedad generalizada, depresión aguda y estrés postraumático, derivado de sucesos violentos que las personas vivieron en algún momento de sus vidas.
La variante en 2021, es que el desempleo, muerte de familiares, enfermedad propia y violencia familiar, derivaron de la pandemia por Covid-19, pues muchas mujeres perdieron su empleo, otras pasaron por un proceso de divorcio tras agudizarse la violencia familia por el confinamiento, mientras que otras pasan por duelos relacionados con pérdidas humanas de familiares directos.
El costo de la salud mental
El Hospital de Salud Mental del Estado, ubicado en la ciudad de Chihuahua, trata a un promedio de 95 pacientes al mes que pasan por un proceso de rehabilitación mental, a través de terapias y medicamento especializado, y pese a que la mayor parte de los pacientes son canalizados a través de algún servicio médico, hay quienes se ven en la necesidad de ingresar a algún familiar de manera particular.
El costo actual por 30 días en el Hosame a través de un psiquiatra particular, asciende a 100 mil pesos, que incluyen el hospedaje de la persona en el área privada del nosocomio, que alberga a unas 35 personas mayores de 18 años, entre hombres y mujeres. La persona recibe atención psicológica, psiquiátrica, actividades en talleres, tres comidas al día, medicamento, uniforme y un espacio para dormir.
En el mejor de los casos, una persona llega a recuperarse de un trance emocional fuerte en unos 30 días, aunque a través del servicio médico el promedio de estancia en este hospital es de dos a tres semanas, con la diferencia de que la persona puede ser hospedada en el área común, en la que tiene espacios compartidos para todas las actividades.
Magdalena llegó al Hospital de Salud Mental en una ambulancia; ella es oriunda del municipio de Delicias y fue trasladada tras permanecer dos días inconsciente por sobredosis de Clonazepam, una benzodiazepina que al ser suministrada por un especialista, disminuye los niveles de irritabilidad ansiedad, e induce al sueño, pero en cantidades elevadas llega a provocar la muerte.
Magdalena ingresó al Hosame el 18 de abril y estuvo tres semanas en el nosocomio, donde fue diagnosticada como maniaco-depresiva.
Ella tiene 34 años y trabaja como operadora de línea en una empresa maquiladora, y aunque en este momento está consciente de lo que pudo ocurrir con un intento de suicidio, cuando tomó las 40 pastillas no lo dimensionó.
"Ya que pasa todo lo peor uno se pone a pensar, qué hubiera pasado si no tuviera servicio médico, mi mamá nunca hubiera podido pagarme un hospital psiquiátrico que honestamente sí necesitaba".
Tras su salida de Hosame, Magdalena lleva seguimiento como la mayor parte de quienes son tratados en este tipo de lugares, y en el mejor de los casos, el costo de la salud mental se reduce a un periodo de tres a seis meses, pero en otros, la atención y el medicamento son de por vida.