Varicela, piojos, hepatitis, enfermedades estomacales, parásitos intestinales que han migrado de otras zonas y enfermedades respiratorias son algunos de los padecimientos más frecuentes entre las personas en situación de movilidad, que de no atenderse derivan en la muerte.
Se dio a conocer en la Jornada Académica del Hospital Infantil de Especialidades de Chihuahua donde se contó con la participación de la antropóloga Linda Flores Rodríguez, coordinadora de la Casa del Migrante San Agustín.
Su charla inició con el testimonio de una pareja de indígenas de Guatemala, los padres de una pequeña que el año pasado falleció en el Hospital Infantil a consecuencia de una hepatitis C. Cuando esta familia llegó a Chihuahua no sabía de la gravedad de su hija.
Su charla inició con el testimonio de una pareja de indígenas de Guatemala, los padres de una pequeña que el año pasado falleció en el Hospital Infantil a consecuencia de una hepatitis C. Cuando esta familia llegó a Chihuahua no sabía de la gravedad de su hija.
En el nosocomio, un numeroso grupo de médicos la atendió. Esta familia llegó un jueves por la mañana a la ciudad, la mamá y la niña fueron a pedir comida a la Casa San Agustín, cuando vieron el color de la pequeña preguntaron si estaba enferma y la madre respondió que tenía diarrea.
Al siguiente día vuelven, toman una fotografía de la pequeña y la mandan a un pediatra del Hospital Infantil, quien de inmediato les dice que es una emergencia grave. A la pequeña la pasaron directamente a recibir atención médica.
El director del hospital le explicó a los padres como una infección estomacal se convirtió en una enfermedad que acabó con la vida de su hija, y que cuando llegó a esta ciudad ya no pudieron hacer nada por ella.
Hace poco más de un mes, murió otra pequeña a consecuencia de una enfermedad de este tipo, quien no alcanzó a llegar a un hospital y falleció en una farmacia y otra perdió su piernita. Las personas migrantes muchas veces piden medicamentos o remedios para curar a sus hijos, sin embargo en la Casa del Migrante se les incentiva a acudir al hospital dado que no son expertos en la salud y brindar un medicamento erróneo puede ocasionar muchos otros problemas de salud.
Linda Flores resaltó que las personas migrantes no tienen la cultura de ir al hospital a pedir auxilio y ello se debe a que en otras partes del país les niegan la atención. “En Chihuahua no tenemos ni un solo caso registrado de personas migrantes a quienes se les haya negado la atención”.
Señaló que el reto para el Sistema de Salud es motivar a que vayan a recibir atención, en lo local es la misma situación, dado que actualmente se registran varios campamentos en diversas zonas de la ciudad, donde las personas piden medicinas y en ocasiones la gente solo lleva lo que tiene en el botiquín, sin revisar la caducidad.
“Las personas responden a la necesidad, pero no hay un ejercicio racional. El amor al prójimo es un asunto racional, hay que conectar el corazón con el pensamiento y por ende con los actos. La mayoría de las personas no separa los medicamentos que pueden llegar a la vía de tren”.
Otro reto que se tiene es atender las enfermedades que han llegado de otras zonas, un estudiante de Ciencias Químicas realizó un estudio sobre los parásitos que portan las personas migrantes que pasan por Chihuahua. Un día detectó un parásito que ponía en riesgo la vida de las personas, se trataba de un parásito de Sudamérica. Entonces se tuvieron que modificar los protocolos de salud, una forma de trasmisión son las heces al aire libre.
Fue entonces que se coordinaron acciones para atender la situación de los campamentos, uno de los más grandes ubicado en las inmediaciones de una tienda de conveniencia en el bulevar Juan Pablo II, donde con el municipio se establecieron acciones para retirar la basura de manera constante.
La varicela es otra de las enfermedades que han detonado, así como las plagas de los piojos, por lo que es necesario que puedan acceder a espacios donde puedan bañarse y descansar para seguir su camino.
A la fecha los campamentos de personas migrantes han proliferado debido a que prefieren estar en la calle recibiendo ayuda, “La calle enferma el corazón y el alma”
La Casa San Agustín es un espacio humanitario con visión antropológica, proyecto que surgió en el 2019, desde entonces brinda oportunidad de hospedaje para que las personas en situación de movilidad pueden descansar, darse una ducha con agua caliente, comida, atención psicológica si la solicitan, atención médica por parte de personal médico voluntario, ropa y apoyo en cuestiones jurídicas.
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Durante la mañana en las instalaciones de la casa se reciben alrededor de 120 personas diarias para ducharse, pero solo 4 piden asilo. En Ciudad Juárez también se tiene otra casa hermana donde se pueden recibir hasta 700 personas, pero muchas prefieren quedarse en la calle y trabajar como sexo servidoras.
Linda Flores destacó que la salud es un tema primordial sobre todo porque las Casas del Migrante en México se encuentran en zonas muy pobres, donde la gente que reside alrededor está muy necesitada que también se verá afectada en su salud.