El viacrucis de los abuelitos es terrible, pues las filas son kilométricas y no existe la infraestructura para que no estén de pie durante tantas horas, sobre todo porque muchos apenas si llegan con ayuda de un andador o bastón.
Lo peor es que la fila es para que les revisen la credencial y luego deben de formarse otra vez para que les entreguen la ficha, donde se les informa el lugar donde se les entregará el recurso económico.
Muchos de los adultos mayores señalaron que sería mejor que se establecieran módulos en las colonias de la ciudad porque así se evitarían tantas filas y las horas parados con la inclemencia del sol y en ocasiones de la lluvia.
Otros adultos mencionaron que ese dinero es la única opción que tienen para adquirir comida y pasar los últimos días de su vida en buenas condiciones.
Ante ello se olvidan de las medidas preventivas contra la Covid-19 como es la sana distancia.