Luego de llegar a tierras chihuahuenses hace alrededor de cinco días, varios migrantes provenientes de Honduras, Venezuela y Colombia, se comienzan a preguntar cómo es que llegarán a su destino o cómo es que pasarán el clima frío sin contar con nada más que una cobija o la ropa que traen consigo.
Ubicados en algunos cruceros de la ciudad, así como debajo de los puentes para resguardarse de los cambios de clima tan drásticos, los migrantes comentan que durante algunos días han estado vagando por la ciudad en busca de alguna manera de conseguir transporte para los diferentes destinos que tienen.
Boris es un chico de 27 años que viene desde Venezuela, y comentó que ha viajado en todo tipo de transporte para llegar hasta la ciudad de Chihuahua, buscando una recta final que lo conduzca hasta Arizona.
“He viajado desde en lancha, canoa, buses, carros, motocicletas de tres ruedas, de dos ruedas, muchas formas para llegar hasta acá, la última vez, fue en el tren” Señaló Boris.
Dijo también que se está quedando en un refugio de migrantes en la calle Mármol II, donde las autoridades les entregan cobijas y alimento, sin embargo, externó las dificultades que ha pasado durante su viaje.
“Gracias a Dios tengo donde pasar la noche, porque en las calles me pasaron ciertas cosas difíciles de comentar, pero gracias a Dios tuve una buena atención, hay personas que han llegado al albergue y han colaborado, se han tomado la molestia, de llevar comida y ese tipo de cosas para colaborar a las personas porque que lo necesitan” externó el joven venezolano.
Agregó que durante su camino hasta Chihuahua, tuvo que dejar atrás muchas cosas, incluidas sus pertenencias, debido a abusos y maltratos que recibía tanto de viajeros como de locales, que no comprenden su necesidad.
Pidió por último que cualquier persona que pueda brindar una ayuda a un venezolano o a un migrante de otro país, si está a su alcance y tiene la manera que lo hagan, ya que si bien el día de hoy se encuentran mal, hay muchas personas que están tratando de conseguir un mejor futuro, independientemente de haber nacido en cualquier país.
Luis, por su parte, es proveniente de Honduras, y se encontraba vagando solo por las instalaciones del puente de la avenida Pacheco, el cual, cruza elevado sobre las vías del ferrocarril, en seguida de la planta de Interceramic.
Ahí, fue levantada una barrera de concreto con alambre, para evitar que crucen las vías del tren hacia el otro lado de la calle, evitando tal vez algunos accidentes, o evitando el que se realicen concentraciones mayores en el lugar.
Luis “el hondureño”, llevaba dos días sin comer, sin poderse resguardar del frío, cargando una sola mochila con una cobija atada a un lado, buscando señales de vida de quizás algunos otros migrantes o algún paisano.
“No sé cómo seguir, no sé cómo voy a hacer para seguir porque no tengo ayuda del extranjero y tampoco tengo dinero actualmente verdad y me esperan como unos cinco días más de viaje, estoy un poco preocupado, pero pues Dios es grande y poderoso, pues a ver qué milagro hace” comentó Luis mientras se frotaba las manos debido al frío.
Externó que su viaje ha sido “trepado” en los trenes, en algunos “buses” y otros tramos los ha realizado a pie, escondiéndose y luciendo lo más callado posible para no incomodar a nadie y no tener problemas con los demás viajes y con los locales.
Su viaje es hasta Baja California, para poder cruzar hacia el extranjero y cumplir su sueño de tener una mejor vida para su familia, la cuál lo espera con fe desde su país.
Otro de los casos son los de Antonio y Santos, provenientes ambos de la ciudad de Colombia, quienes aún tienen la esperanza de poder llegar hasta el extranjero y cumplir sus sueños poco a poco.
“Nosotros llegamos hace 4 días, vamos y pasamos la noche en el refugio y luego caminamos por algunos cruceros pidiendo apoyo para reunir nuestro pasaje hacia la frontera, de ahí, a ver como le hacemos pero planeamos cruzar” expresó Antonio, quien de manera entusiasta dijo que esperaba que los chihuahuenses comprendieran que solo buscan lo mejor para sus familias.
Dijeron que si bien han pasado hambre y frío, muchas de las veces eran pruebas que Dios les ponía en el camino, para que ellos pudieran resolverlas antes de cumplir sus destinos. Ellos llegaron una noche, luego de bajarse del tren proveniente desde el sur del país.