Los fraccionamientos privados en la ciudad y el estado, plazas comerciales, estacionamientos, bancos, centros nocturnos, centro públicos y otras locaciones contratan empresas de seguridad privada, que en la mayoría de las ocasiones desconocen que se trata de establecimientos “patito” que juntan dos a cinco personas para fungir con tareas de vigilancia a cambio de obtener un lucro económico.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social contempla un mundo cercano a las 8 mil personas que participan como vigilantes en distintas empresas de seguridad privada, sin embargo, cerca de las 2 mil se encuentran regularizadas con seguridad social y prestaciones de ley.
Es decir que alrededor de 6 mil empleados en prestar “seguridad” no tienen los conocimientos ni la capacitación para brindar protección a empresas, zonas residenciales, centros comerciales y otros muchos establecimientos que adquieren estos servicios.
El director de la División Bancaria, Comercial e Industrial, Refugio Moreno, informó que ninguna persona o empresa puede prestar un servicio de seguridad sin estar regulado ante la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, por lo cual, de ser sorprendidos en las revisiones que realiza la corporación, podrían ser detenidos y puestos a disposición de un ministerio público.
Refirió que actualmente ante la Secretaría de Seguridad Pública existen 129 empresas de seguridad que se encuentran certificadas y legalmente establecidas para prestar el servicio protección en diferentes puntos de interés, donde cuentan con personal suficiente, capacitado, que da buen trato a los empleados de seguridad.
A su vez, existen por lo menos 50 empresas más que no cuentan con la certificación correspondiente y prestan el servicio fuera de ley, al hacerse pasar como una empresa encargada de brindar servicios de seguridad sin conocimientos y todo lo que conlleva.
Personal de la División de la Policía Bancaria, Comercial e Industria, en coordinación con fuerzas federales y estatales, han iniciado una serie de operativos en bares, centros nocturnos y restaurantes de las ciudades de Juárez y Chihuahua para detectar este tipo de “empresas” de seguridad falsas.
Desde cédulas de trabajo duplicadas hasta empresas apócrifas fue lo que la División de Policía Bancaria detectó durante un operativo efectuado en 45 bares, restaurantes y centros nocturnos de las ciudades de Juárez y Chihuahua.
Entre las anomalías encontradas, Refugio Moreno comentó que se han descubierto personas que prestan servicio de vigilancia y seguridad a nombre de empresas inexistentes, que no están dadas de alta ni tienen respaldo fidedigno ante la Ley de Seguridad Privada para el Estado de Chihuahua.
Hallaron además cédulas extemporáneas y duplicadas de varias empresas que tienen laborando a guardias de seguridad privada, a pesar de que representa una falta a la ley y a la seguridad de los clientes que acuden a los centros nocturnos, bares o restaurantes, al contar con guardias con estatus irregular.
El director explicó que las sanciones para quienes incumplen con la ley van desde amonestación por escrito, revocación de la cédula para prestar el servicio, suspensiones de hasta 6 meses y multas económicas que van de 100 a mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización hasta un proceso penal, dependiendo de la gravedad de los casos.
Hizo un llamado a las empresas de seguridad privada a que regularicen su situación conforme a lo que dicta la Ley de Seguridad Privada para el Estado de Chihuahua, a fin de poder operar bajo la ley y con un certificado que los puede respaldar durante un año para poder desarrollar el servicio.
Moreno destacó que existe la posibilidad de que las empresas puedan armar a los elementos de seguridad privada, pero deben cumplir con los requisitos que solicita la Secretaría de Seguridad Pública, además de una serie de capacitaciones más que imparten en el instituto.
Largas jornadas, poca paga…
En promedio, de acuerdo con los guardias de seguridad consultados por El Heraldo de Chihuahua, las ganancias como encargados de caseta o seguridad de centros comerciales rondan entre los 700 a los mil 200 pesos semanales, con jornadas que en ocasiones pueden llegar a las 24 o más horas de servicio.
Algunos sin prestaciones laborales, sin seguro social y sin la garantía de un descanso a la semana, pero siguen acudiendo a trabajar porque es uno de los sustentos con los que pueden salir adelante para costearse su alimento, servicios básicos en la casa y otros pendientes económicos.
“En ocasiones descansamos una vez a la semana; hay otros días donde tenemos que cubrir a los compañeros que puedan faltar, por eso a pesar de cubrir un turno completo de 12 horas, debemos quedarnos otras 12 horas para cubrir esa falta y se dan casos que han durado más días ante la falta de personal”, explicó Jorge, quien trabaja para una empresa de seguridad en una zona residencial.
En el caso de los vigilantes en zonas residenciales, la mayoría se apuesta en una caseta donde se hace cargo de inscribir a las personas que entran o salen, sin oportunidad de poder salir para no descuidar la seguridad de un fraccionamiento completo.
Comentan que en el caso de las prestaciones, no cuentan con aguinaldos, por lo que deciden instalar buzones en ocasiones para recibir aguinaldo de los vecinos a quienes cuidaron por un año.
En centros comerciales su labor depende de revisiones y mantener rondines, pero no pueden atender alguna emergencia grave, ya que no cuentan con herramientas y en su mayoría cumplen la mayoría de edad, que es un factor que les impediría poder combatir algún delincuente o emergencia importante.
Más de 5 mil elementos no están inscritos a un padrón en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y por lo tanto no pueden acceder a una pensión, prestaciones de ley como aguinaldo, y otros beneficios más que se contemplan en la Ley Federal del Trabajo en México.