Tras la misa de cuerpo presente celebrada en el seccional de Creel, municipio de Bocoyna , en honor de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, a la que asistieron cientos de feligreses, la congregación Ser jesuitas en la Sierra de Chihuahua, despidieron se forma privada a sus hermanos acaecidos en un hecho violento el pasado 20 de junio.
Luego de seis días de haber sido privados de la vida, los jesuitas volverán a la comunidad donde por décadas sirvieron, amaron y acompañaron a la comunidad indígena y mestiza de la Tarahumara.
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Ayer sábado tras la misa exequial en la capital, fueron trasladados a Creel en el municipio de Bocoyna donde los residentes despidieron a sus pastores, ofrecieron canto en rarámuri y les regalaron un prolongado aplauso.
Cientos de personas se han unido al dolor de tan lamentables pérdidas, destacando en todo momento la exigencia de justicia para los sacerdotes asesinados.
Al terminar la celebración eucarística presidida por el jesuita Luis Gerardo Moro Madrid S.J., provincial de México. Los féretros permanecieron en el templo de Nuestra Señora de Lourdes.
Poco después de las 9 de la mañana los féretros fueron subidos a las respectivas carrozas para seguir el camino hasta su última morada en el templo de Cerocahui en donde permanecerán durante toda la noche del domingo para ser sepultados el mediodía del lunes en el atrio de la Iglesia de San Francisco Javier.
Con información de René Pérez