“Nos quitaron nuestros hijos, nos quitaron el miedo”, dijo Louisa Camacho, la iniciadora del grupo de apoyo y contención para las sobrevivientes de la violencia vicaria, donde al menos 25 mujeres, madres víctimas de esta violencia de género se acompañan desde el dolor y la esperanza de recuperar a sus hijas e hijos.
Louisa se dio a la tarea de ponerle nombre a la violencia que vivía, entonces, contactó a las cofundadoras del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria, quienes la impulsaron a brindar un espacio de reflexión para las mamás, pero además se encargan de difundir lo que es esta violencia. A la fecha impulsan la iniciativa para que la violencia vicaria sea tipificada como delito.
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La violencia vicaria es un concepto relativamente reciente adoptado por la psicológa Sonia Vaccaro en 2012, es una violencia contra las mujeres que se ejerce por conducto de sus hijos, pues el objetivo es dañar a la muer a través de lo que ellas más aman.
Va precedida de amenazas y un lenguaje violento por ejemplo: “Te voy a pegar donde más te duele”. En su forma más extrema puede llegar al asesinato de sus hijos.
Esta violencia se da en un contexto de ruptura sentimental, y una vez que se pierde el control de la mujer y ya no tienen acceso a dañarla, utilizan los mecanismos del poder para tener acceso a los hijos y a través de ellos dañarla.
En Chihuahua, los casos que se comparten en el grupo de apoyo, tienen en común que los agresores separan a los hijos de las mujeres, las denuncian penalmente y buscan quedarse con los niños pero como una forma de agresión hacia ellas.
Louisa señaló que la violencia vicaria, es sumamente cruel, el agresor conoce el inmenso dolor que va a producir y el daño es irreparable tanto para la madre, quien sufrirá la ausencia de sus hijos, pero también para las niñas y los niños, quienes se convierten en víctimas directas del violentador.
Chihuahua es una de las cinco entidades que no tiene tipificado el delito de violencia vicaria, por lo que se usa el aparato judicial como los jueces, juzgados, fiscalías y los procesos, en una simulación para privar a las madres de sus hijos, sin que haya alguna consecuencia.
En el grupo de apoyo, las mujeres comparten sus testimonios, pero también las barreras a las que se enfrentan entre ellas que se usa al sistema de procuración de justicia de forma artera para privarlas de la convivencia con sus hijos.
A estas mujeres las tachan de locas, violentas, histéricas, alcohólicas y las denuncian con el afán de retardar el proceso judicial y perpetuar la violencia.
“Diciendo pequeñas mentiras, se cometen grandes atrocidades”, señaló Louisa, quien ha podido percatarse de cómo las mujeres deben combatir esas mentiras con pruebas, para luego enfrentar otras denuncias.
En medio de esas mentiras se les roba a las niñas y niños sus infancias, y a las madres se les arranca su motivo de vivir.
“Esta separación forzada, nos lleva a vivir una agonía diaria, es algo que está sucediendo cada vez más en nuestro estado”.
Desde el 2022 se presentó ante el Congreso del Estado la primera iniciativa para tipificar el delito sin embargo no prosperó, en el mes de marzo se presentó la quinta iniciativa a cargo de la diputada América García y se turnó a la Comisión de Justicia.