Francisco hace 30 años deambula por la colonia Diego Lucero, llegó a los 11 años al quedarse huérfano, la comunidad lo arropó y ahora un vecino desea que lo retiren del lugar haciendo uso de la autoridad municipal.
“Llegaron bien bravos, amenazándome con que me iban a llevar detenido y que iban a quemar mis cosas”, relató Carlos Francisco Huerta Huerta, de 41 años, a quien incluso los policías le quemaron su identificación.
Los vecinos abogan por este hombre, quien les ayuda en sus viviendas para obtener algunos recursos para sobrevivir. En todos estos años nunca tuvo problemas con la comunidad de la colonia Diego Lucero, y en especial de la calle Camilo Cienfuegos dado que vive cerca del arroyo.
Víctor Manuel Lerma, uno de los vecinos, relató que la policía llegó y derribó el tejaban de hule y madera que servía de refugio para el hombre, quien ahora se encuentra a la intemperie y bajo amenaza de llevarlo detenido.
Ante esta situación, los vecinos que apoyan a Francisco decidieron denunciar la situación.
Francisco llegó a la edad de 11 años a la colonia empezó a trabajar en un yonke y permaneció por muchos años, luego trabajó como guardia de seguridad privada y con el sueldo de ese empleo pudo acceder a la renta de un cuarto, sin embargo sufrió unos accidentes, se le quebró la cadera y fémur, tiene una placa y una operación de columna.
Su condición lo condenó a vivir en la indigencia. El pasado 10 de agosto inició el acoso de las autoridades policíacas. Alrededor de las 10 de la noche quisieron llevárselo detenido y quemarle sus pertenencias, “Me amenazaron, que me iban a desaparecer con todo”.
Ese día alcanzo a ver qué se trataba de la unidad 1353, una ranger. Ahora regresaron los mismos policías, pero ahora con unidad nueva.
“Vinieron ahora con la consigna de llevarme detenido y quemarme mis cosas”.
Explicó que una persona que vive en la calle Camilo Cienfuegos es quien ha estado denunciándolo, “Yo no le he hecho nada, ni siquiera le habló y me está echando a la policía”.
Francisco insiste en que él le ayuda d los vecinos con lo que puede, ayuda en la obra, le lava el camión a un chofer que vive en esa misma calle y su esposa le da comida, recoge escombro y el dinero que gana es el sustento diario.
Los vecinos solicitaron ayuda para reconstruir el tejaban para Francisco a fin de que no duerma a la intemperie, sobre todo ahora que se avecina la temporada más difícil del año, con fría temperaturas que incluso podrían quitarle la vida. Francisco se encuentra a la altura de numeral 214.