“Elí, Elí, ¿lama sabactani?” Exclamó en arameo Jesús al encomendar su espíritu al Padre Dios. La comunidad de San Antonio de Padua vivió el camino de la cruz este viernes Santo.
En las instalaciones de la Parroquia de San Antonio de Padua se revivió el camino de Jesús desde el cenáculo a casa de Anás, de Caifás a Pilato gobernador romano donde Jesús fue acusado por los judíos; así como el momento en que Jesús fue llevado al palacio del Rey Herodes, quien se burla de Jesús y después de muchos cuestionamientos fue remitido de nueva cuenta a Pilato, quien lo manda azotar.
Jack Escalante, personificó a Jesús de Nazaret en la parroquia de San Antonio de Padua, a quien el pueblo lo mandó crucificar, tras ser azotado y coronado con espinas. “Pobre nazareno, te dejaron solo, recuerda que se proclama Rey de los Judíos, aquí tienes tu corona”. El pueblo clamaba por su crucifixión.
El camino hacia el Gólgota había comenzado.
Las calles de la colonia Panamericana y Arboledas se convirtieron en el camino que recorrido Jesús desde la parroquia hasta el templo de Santo Cristo de San Damián, en este caminar topó con María, su Santísima Madre. Entre gritos, empujones y latigazos, llevan a Jesús a cumplir con la voluntad del Padre. “¡Vamos nazareno, muévete, camina!”
El cansancio de Jesús es evidente, por lo que Jesús de Cierene es obligado a llevar la cruz del redentor. La procesión elevó su plegaria para que todos abracen la cruz, además de recodar como El Cirineo se hace presente en la vida de todos a través de los rostros que ayudan cuando una pesada cruz cae encima de una persona.
En la sexta estación La Verónica enjuga el rostro de Jesús, viendo a Jesús tan fatigado le limpió con su lienzo y su rostro quedó impreso.
Con pasos lentos y el cuerpo molido a golpes, Jesús prosiguió su camino, cayó una segunda vez, para luego toparse con las mujeres, “Mujeres de Jerusalén no lloren por mi, lloren más por ustedes y sus hijos”.
A lo largo de la avenida Las Águilas familias completas se congregaron para ver pasar al nazareno, ello a pesar el inclemente sol que se registró este viernes. Otros más seguían la procesión por banquetas y camellones a fin de no perder detalle.
Al llegar al templo de Santo Cristo de San Damián, lo clavaron en la cruz, y con cada clavo el corazón de María sufría.
En la cruz Jesús aún pedía clemencia por quienes lo crucificaron y demostraba el amor al prójimo, “Padre, perdónalos no saben lo que hacen”.
Los insultos y ofensas hacia Jesús continuaban, hasta sus pies llegó su madre Maria, “¡Sangre de mi sangre, corazón de mi corazón, déjame morir contigo!”
Jesús antes de morir en la cruz exclamó “Dios mío, Dios mío ¿Porqué me has abandonado?
El hijo de Dios hecho hombre ha entregado su vida por la salvación de la humanidad, por lo que en comunidad oraron para no caer en tentaciones de pecado.
El cuerpo de Cristo es bajado de la cruz para entregarlo a los brazos de María, quien amorosamente lo abrazó.
Jesús fue llevado al sepulcro, todo quedó en silencio.