Integrantes de las familias, víctimas de desplazamiento forzado interno reciben calentones y chamarras para sobrevivir este invierno, ello como parte del acompañamiento que les brinda Alianza Sierra Madre.
Alrededor de 50 personas, entre niñas, niños, mujeres y hombres adultos, ódami y rarámuri se vieron obligados a abandonar su comunidad debido a la violencia y por el riesgo de perder la vida. Son parte de la comunidad de Coloradas de la Virgen, en el municipio de Guadalupe y Calvo, donde los grupos criminales se han apoderado del territorio para talar los árboles y ganar dinero con la explotación forestal, así como los proyectos extractivos.
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Estas comunidades no solo sufren a consecuencia de dejar su territorio, sino por la ausencia de seres queridos, líderes indígenas y defensores de derechos humanos asesinados y las amenazas que los siguen hasta su lugar de refugio.
Juan es una de las personas víctimas de desplazamiento forzado interno, para él como para todos, llegar al lugar de refugio ha sido como estar en una área donde no entienden el idioma, no disfrutan del aire libre y el olor a los pinos, muchos menos se adaptan a las costumbres ajenas.
A ello se suma que el refugio que han recibido no cuenta con las condiciones necesarias para su desarrollo, ello a pesar de estar integrados al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos. Las niñas y niños no cuentan con un refugio seguro para enfrentar las condiciones climatológicas.
Ante las condiciones en las que sobreviven, Alianza Sierra Madre (ASMAC) con apoyo del Fondo de Respuesta Rápida de Global Greengrants Fund, en este invierno logróentregar calentones equipados, chamarras, guantes, calcetines y gorros a las familias en situación de desplazamiento forzado para que estos tiempos no se conviertan en otro de los obstáculos para el buen vivir.
La organización civil Alianza Sierra Madre acompaña a la comunidad de Coloradas de la Virgen, el trabajo inició en el acompañamiento de la defensa territorial, sin embargo, esto tuvo un cambio a partir de una serie de amenazas contra líderes comunitarios y hasta asesinatos de autoridades tradicionales, defensoras y defensores por la labor que realizaban a favor de su territorio.
Por lo anterior, algunas familias se vieron obligadas a desplazarse de la comunidad, sin poder obtener un retorno digno y seguro, hasta el momento la violencia permanece en su territorio.
ASMAC está en contacto directo con las familias y han intervenido con acciones de atención humanitaria y campañas de recaudación de fondos para subsanar la obligación del Estado, que debe garantizarles sus derechos, brindarles espacios dignos y considerar las necesidades de las personas en situación de desplazamiento forzado interno.
En el 2021, más de 28 mil personas fueron desplazadas de sus comunidades a lo largo del territorio nacional, Chihuahua ocupa el sexto lugar en desplazamiento forzado interno, hay muchas comunidades desplazadas sobre todo de los municipios de Guadalupe y Calvo, Uruachi y Guazapares, ninguna con las condiciones necesarias para enfrentar su condición de desplazamiento.