La estatua del Indio Victorio, la cual tenía como última ubicación el parque lineal de la vialidad Sacramento, cumplió ya 21 meses guardada en uno de los patios de servicio del municipio, ubicado en las calles Pekín y 14, de la colonia El Palomar, a lo cual algunos integrantes de comunidades apaches, han dicho que las autoridades nada más la tienen “arrumbada”.
A simple vista, la estatua elaborada de bronce y de grandes dimensiones, sigue sin ser restaurada de la mano derecha, la cual le fue cortada junto con el rifle que empuñaba. La base también fue recortada desde hace poco más de tres años, junto con una de las patas del caballo.
En tanto que, en el sitio del parque lineal donde estuvo montada por última vez, la basura y el abandono es algo común, ya que ni la luz del piso con la que intentaron en alguna ocasión, queda montada.
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De acuerdo a Antonio Tovar, integrante de la Asociación Chihuahua Apache de la comunidad ende enda, desde que empezaron a vandalizar el monumento en el 2022, pidieron al municipio que le brindaran seguridad, cosa que no funcionó, debido a que poco a poco comenzaron a robarle partes.
Pese a que llegaron a tener reuniones con funcionarios del municipio, de la Secretaría de Cultura y de Seguridad Pública Municipal, nunca se dio con el o los responsables del robo. Antonio Tovar comentó que, hasta el pasado viernes, se tenía presupuestado la reparación del monumento y la reinstalación del mismo en el centro de la ciudad.
Esto, de acuerdo a lo que le dio a conocer el regidor Félix Martínez, quien les comentó que el costo de poder reubicar el monumento en la plaza denominada Tierra de Encuentro, ubicada en el centro de la ciudad, sería de poco más de dos millones de pesos, más los costos de reparación de la estatua.
“A la gente de la ciudad es lo que nos representa, a nuestros ancestros y nos impulsa a que la cultura apache no se pierda”, comentó Antonio Tovar, mencionando que incluso ya tuvieron un acercamiento con el presidente del fideicomiso del centro de la ciudad, Patricio Martínez, quien les comentó que el tema lo pondría en la agenda de trabajo.
Fue en el 2022 cuando trascendió que, a la estatua del Indio Victorio le habían robado una pata al caballo que montaba, por lo que al proceder a revisarlo con detalle, se percataron de que también le faltaba la mano derecha junto con el rifle que empuñaba, así como las riendas del equino.
Personal del municipio reparó la pata del caballo con bondo de automóvil y no con bronce, material con el que inicialmente fue construida la estatua, lo que causó molestia en la comunidad apache.
Hasta la fecha, la estatua sigue en una esquina de la bodega arriba citada, en medio de tanques para agua, grúas y material para reparar luminarias.