El Día de las Madres es una gran festividad porque se reconoce el amor incondicional de la mujer que todo lo sabe, todo lo arregla y todo lo cura, en recuerdo de ese amor muchas familias acudieron al camposanto a rendir honor a sus mamacitas en el cielo, a quienes a través de globos les enviaron un mensaje.
En el Cementerio La Colina, al norte de la ciudad, desde temprana hora los deudos llegaron cargados de flores para empezar la celebración del 10 de mayo, día en que se festeja a las Mamás.
En algunos casos las notas musicales inundaban el campo donde reposan los restos mortales de esas madrecitas tan amadas.
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Los deudos participaron en la santa misa presidida por el padre Serafín González Chavira donde resaltó que las madres son tan importante que hasta Jesús tuvo a su madre María, los participantes se unieron en oración por las madrecitas que se adelantaron en esta vereda y que ahora gozan de la paz eterna.
A la vez, con globos blancos elevaron una oración por mamitas que empeñaron su vida en el cuidado de sus seres amados y que ahora los cubren desde el cielo con su luz cada día.
“El amor de madre es eterno y donde ella esté sigue amando”, dijo la oradora, quien pidió cerrar los ojos para recordar su rostro, aquellos abrazos y la seguridad que les daba, como se sentía su voz y su protección.
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En los mensajes que surcaban el cielo de Chihuahua le decían sobre su amor, su agradecimiento e incluso de perdón, así como la falta que les hace a cada momento. La pieza musical “Amor eterno” terminó por quebrar los corazones de los presentes, quienes alzando la mirada al cielo pedían consuelo. Tras el momento tan emotivo, las familias se dirigieron a las tumbas, donde las lágrimas continuaron.
Yarlin Erive, señaló que cada año acuden a visitar a su abuelita Josefina Lucía Acosta López, quien cumplirá 6 años de fallecida, pero cada 10 de mayo recuerdan al pilar de la familia, “No nos olvidamos de ella, siempre estaba al pendiente de sus 10 hijos, fue un gran ejemplo”, señaló doña Guadalupe Mejía Acosta.
La tumba de doña Soledad Chávez Gutiérrez se vistió de color en las flores que sus seres queridos llevaron en su honor. Su hijo Rubén Reyes Chávez, relató que cada Día de las Madres, su cumpleaños, su santo y otras festividades se reúnen en familia, ya que siempre fue y seguirá siendo el centro de reunión.
“Mi mamá era muy alegre, trabajadora, siempre entregada y una gran guerrera como todas las mamás”.
Don Rubén recomendó a las juventudes siempre estar al pendiente de sus madres, que las visiten en vida y estén al pendiente, luego sigan la tradición en el cementerio, como su familia lo hace. “Hay que darles el cariño y todas las ganas de vivir”.