De acuerdo a la Encuesta de Población y Vivienda 2020 del Inegi, en el estado de Chihuahua hay 282 mil 725 adultos mayores de 65 años, y de éstos poco más de 140 mil se encuentran en alguna condición de vulnerabilidad, pues no cuentan con pensión laboral tras retirarse de un empleo formal, no cuentan con apoyo de familiares directos, viven en asilos, casas de cuidado, o con familiares secundarios.
El INEGI refiere además, que de los 282 mil 725 adultos mayores de 60 años en la entidad, el 80 por ciento son abuelos, con un promedio de tres nietos. Del total de personas mayores de 60 años, la mayor parte, un 62 por ciento, son mujeres, es decir, 175 mil 320.
Este sector poblacional, aumentó un 26 por ciento en los últimos diez años, al pasar de 223 mil 020 en 2010, a 282 mil 775 personas de este grupo etario en 2020 de acuerdo al Censo del INEGI.
Del INEGI se desprende el uso de servicios de salud, que entre las personas de 65 años o más, un 84 por ciento está afiliado a un servicio de salud pública, pero el 60 por ciento solo acude a atención cuando se trata de una enfermedad que los limita a estar de pie, realizar actividades diarias, o amerita hospitalización; las causas principalmente son por desconocimiento, no considerarlo importante, o por no contar con medios para acudir a revisión periódica.
Además, seis de cada diez se atienden en consultorios de farmacia o acuden a dispensarios porque consideran que es una opción más viable, debido a que muchos de estos lugares están en colonias o en zonas cercanas a donde habitan los adultos mayores.
A lo anterior, se suma que muchos no conocen cómo se puede hacer uso de su servicio médico, pues generalmente no lo han utilizado, y por otra parte, representa un gasto menos ir a un consultorio pequeño en el que las consultas son de menos de 80 pesos, y el medicamento es casi siempre genérico, lo que lo vuelve también más económico.
A nivel nacional, el INEGI registra más de 13 millones de personas de 65 años o más y muchos de ellos trabajan con alguna limitación sin embargo se ven en la necesidad de hacerlo porque se dedican a actividades informales, o trabajos en los que no se les ofreció la prestación social.
Cabe señalar que en el país, las fuentes de ingreso de las personas de más de 65 años son pago por jubilación o pensión, pensión por programa de gobierno, y por su trabajo, aunque estos ingresos pueden ser complementarios, es decir, una persona puede recibir recursos monetarios de diferentes fuentes.
Cabe señalar que las condiciones en que vive gran parte de esta población no concuerda con lo que establece la ley, pues en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de los ordenamientos jurídicos que de ella se derivan, se señala que las personas de 60 años y más, son titulares de los derechos humanos reconocidos en El Estado mexicano como autoridad garante de los mismos.
Entre estos se encuentra la igualdad de oportunidades, derecho a la participación activa en la aplicación de las políticas que incidan directamente en su bienestar.
Derecho a beneficiarse de los cuidados de su familia, a tener acceso a servicios sanitarios y a disfrutar de los derechos humanos y libertades fundamentales; derecho de aprovechar oportunidades para desarrollar plenamente su potencial;
a vivir con seguridad, ser libres de cualquier forma de explotación, maltrato físico o mental y recibir un trato digno y al acceso a la justicia.