Ximena era el nombre de la mujer que falleció en una de las habitaciones del Hotel Cortez ubicado en la colonia Centro. Ella denunció una red de trata en el primer cuadro de la ciudad.
María Concepción Carbajal, madre de la joven de 21 años de edad, relató que su expareja sentimental de nombre César, las corrió de la vivienda que habitaban en la colonia Desarrollo Urbano, ya que pretendía deshacerse de ella, debido a que representaba una carga.
“La persona que estaba conmigo me abandonó, porque no admitieron a mi hija en el psiquiátrico y él se quería deshacer de ella”, señaló María Concepción.
El pasado miércoles, Ximena ingresó al Hospital Central Universitario Dr. Jesús Enrique Grajeda, donde permaneció una horas, luego se fueron a la vivienda en la mencionada colonia, donde la expareja de la madre, harto de la situación, agarró a golpes a Ximena, quien cayó de frente al piso. La madre la levantó y la acostó en un sillón.
Ayer miércoles fueron la Hospital Psiquiátrico para que Ximena recibiera ayuda, pero al no ser aceptada, ya que debía contar con un dictamen médico especial, el hombre enfureció.
“Me dijo que si me presentaba en su casa me iba a matar a mis hijos, me robo la silla de ruedas y el mandado que me había dado la gente, todo no me entregó ni la ropa”, relató María Concepción, mientras lloraba amargamente, consciente de que había vuelto a caer en un círculo de violencia.
Ella fue víctima directa de violencia familiar y violación, luego Ximena y su hijo de 8 años con un diagnóstico de parálisis cerebral infantil fueron considerados víctima de la violencia y forman parte del Registro Estatal de Víctimas.
Ese mismo miércoles, recibieron ayuda por parte de una señora con lo que pudo pagar el cuarto de hotel y el transporte. Ximena se quejaba de un dolor muy intenso, decidió llevarla al Hospital Central de nueva cuenta, donde presuntamente le pusieron una inyección para el dolor. “El doctor estaba muy enojado de que hubiéramos regresado, solo dijo que le iba a poner una inyección para que se calmará”.
Salieron del nosocomio, tomó un Didi, se fueron al hotel y la subió al cuarto, todo ello con mucho esfuerzo, dado que la joven casi no caminaba y sin silla de ruedas para el niño, tenía que cargarlos a ambos. “Me dijo tengo ganas de bañarme, tomé la botella de agua y empecé a frotarle la cara, pero se desvaneció y ya no regresó”.
El deceso se registró alrededor de las 20:00 horas. A la fecha, no le han dicho nada, le dieron posada para pasar la noche, “me quedé sin mi niña y sin nada. Solo quiero justicia”.
María Concepción reiteró que por ser pobres nunca les hicieron caso sobre la denuncia de trata, lo cual quieren ocultar.