A raíz del proceso penal que enfrenta en libertad el cirujano plástico Elder B. V. por el supuesto homicidio imprudencial de una paciente de 58 años de edad, quien se sometió a una liposucción, el imputado explicó a El Heraldo de Chihuahua que por el momento no puede dar información debido al proceso de investigación en el que se encuentra y recalcó que “por recomendación de los abogados, no me es posible ampliar la información del caso. Lo único es que, respecto a lo publicado, hay imprecisiones; por ejemplo, eso de que ocurrió en un consultorio, todo eso es falso”, comentó.
Por su parte, el Colegio de Cirujanos Plásticos de Chihuahua confirmó que el doctor Elder B. V. cuenta con sus certificaciones en orden para realizar procedimientos estéticos y de cirugía plástica, aunque no pertenece de manera activa al organismo que ellos representan.
El presidente del Colegio, Ricardo Baca, explicó que de momento se desconoce la verdadera complicación que ocasionó la muerte de la mujer de 58 años de edad, pues de acuerdo con la información obtenida por el mismo Colegio, el fallecimiento se debió a una embolia grasa, un problema que puede llegar a surgir durante los procedimientos de liposucción, en donde al manipular el tejido graso éste puede entrar al torrente sanguíneo, remota posibilidad que está presente en todos los casos y no por perforación de tórax, como se ha manejado en los medios de comunicación.
“Nosotros no rehuimos a la posibilidad de tener complicaciones, nuestra estadística habla de una muerte por cada millón de procedimientos, pero la misma estadística nos dice que en manos no preparadas esto puede ser en uno de cada 20 mil o 40 mil procedimientos, que eso es lo que no se justifica. No estamos exentos, habrá que revisar los motivos reales después del peritaje para entonces poder emitir un posicionamiento”, señaló el entrevistado.
Baca informó que se cuenta con antecedentes donde los diagnósticos o posicionamientos por parte de la Fiscalía son apoyados por los médicos que no tienen el conocimiento de alta especialidad que este tipo de casos requiere para determinar con precisión lo que ocurre.
“Un ejemplo muy claro fue lo que ocurrió con Erik Espíritu, a él le pusieron un diagnóstico de una embolia cerebral natural, ese diagnóstico ni siquiera existe y no se puede fundamentar en una autopsia. Entonces hemos tenido muchos otros ejemplos en lo que no hay una buena sintaxis basados en un estudio forense”, finalizó.
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