“No es fácil cumplir pues miles de personas tenemos que salir a fuerza a la calle, ya sea por necesidades de salud o buscar el sustento diario” expresaron ciudadanos que caminaban por el primer cuadro de la ciudad al consultarles su opinión del inminente retorno a el semáforo rojo, que implicaría cierre de empresas y negocios a los que acuden normalmente.
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Doña Irma Castillo vecina de la colonia Granjas mientras caminaba por el primer cuadro de la ciudad, nos contó como ella ha luchado contra el virus aun y cuando debe salir por sus alimentos y las cosas que necesita, señalo que si no es ella nadie lo hace por ella así que lo que hace es ponerse en manos de Dios.
Manuel Salazar, Esteban Benavides y Mario Salazar quienes se dedican a lustrar zapatos frente a congreso del estado señalaron que no están preparados para otro regreso al rojo pues apenas sale lo del día, “nomas imagínese antes cuando menos nos llevábamos de 300 a 400 pesos diarios y hoy si nos va bien nos llevamos de 60 a 100 pesos, pero eso no es suficiente.
Cesar Salinas vendedor de cinturones, carteras y otros artículos en la calle 4ª refirió en cuanto a regresar a un semáforo rojo que afectaría a por lo menos 50 de ellos que no son esenciales, ya una vez nuestros patrones aguantaron el paro, pero esta vez no están preparados, “la verdad tu le abres a la gente los comercios y vienen a comprar pero el esfuerzo debería de ser de todos”, la autoridad debería de ponerse las pilas para que no vuelva a suceder”.
Hernán quien tiene su negocio de cosméticos y accesorios en la calle Libertad dijo que otro rojo sería un duro golpe, primero habíamos bajado nuestras ventas a un 80%, luego a un 50 y ahora que medio agarramos vuelo nos van a cerrar, “la gente debe tomarse esto enserio pues nos perjudica a todos, debemos hacer conciencia y no tomarlo a la ligera”.
Erika quien atiende el negocio denominado Quinceañera en la calle Libertad comento que al dejarlos abrir se compuso un poco la venta, pero ahora que pidan que se cierre de nuevo se las verán muy mal.
El giro de nuestro negocio se ve afectado al cierre de todo pues al no haber iglesias, salones de fiestas y demás nuestros productos no se venden, “cuando se informó que de nuevo habría apertura de iglesias y salones de fiestas la gente regresó a comprar y vendemos de 3 mil a cinco mil pesos, pero si se vuelve a cerrar la venta se nos vuelve a caer, dijo la entrevistada.