Durante el juicio laboral en contra de los operadores del programa de intercambio, personal administrativo de los hoteles declaró que por cada estudiante que realizaba sus prácticas entregaban a la empresa 1,200 dólares mensuales, de los cuales US$200 eran para los estudiantes y el resto para el israelí, dueño de RSC Ltd.
Los universitarios aseguraron que el personal administrativo de los hoteles donde estaban realizando sus prácticas los tenía en la nómina como a cualquier empleado y era la empresa RSC Ltd. la que cobraba el sueldo.
Los jóvenes manifestaron que existió siempre un desgaste físico, emocional y psicológico por parte de la empresa y personal del hotel, porque en varias ocasiones llegaron a gritarles y enojarse con ellos cuando les solicitaban información del supuesto programa educativo que llevarían durante su estancia en Israel.
Aunado a eso, Adrián Caballero, uno de los jóvenes que libraron las celdas, manifestó que el área administrativa los tenía en la nómina, porque incluso llegaron a preguntar si les pagarían y en tono nervioso les informaban que no podían recibir su pago por su estatus migratorio.
Todo esto se descubrió el día del juicio laboral, donde estuvieron presentes los abogados de RSC Ltd., el mismo Ronen Shay, dueño de la empresa y Chilit Raviv, quien coordinaba el programa. Ahí el personal del hotel dijo que estaba pagando por cada estudiante 1,200 dólares, es decir 24 mil dólares mensuales entre los 15 detenidos y 5 refugiados en Francia.
De esta cantidad entregaban solamente la cantidad de 200 dólares a los estudiantes para que pudieran comprar lo que necesitaban y el resto iba a los bolsillos de los dos operadores del programa de intercambio.
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