Bajo temperaturas de más de 40 grados, en Chihuahua ejidatarios reforestaron más de 300 mil plantas de candelilla. Su objetivo: detener la erosión de la tierra.
Con temperaturas extremas de 43 grados en verano y -10 en el invierno, fueron las condiciones en que las personas que son dueñas de terrenos áridos en el municipio de Coyame del Sotol, Chihuahua, establecieron 320 mil plantas de candelilla.
Su objetivo fue proteger y conservar el suelo fértil, tan escaso en las zonas áridas y semiáridas, y que por eso son altamente vulnerables a la desertificación, un fenómeno que ocurre cuando la tierra se degrada tanto que ya no es posible que crezca nada en ella.
La candelilla es una planta que crece en áreas de matorral xerófilo y alturas sobre el nivel del mar de los 800 y mil 200 metros, se desarrolla en los climas desérticos y para protegerse de la intensidad del sol, produce una cera que la ayuda a soportar las condiciones más adversas de su hábitat. Es decir, está altamente evolucionada.
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