A fin de que el agua potable no sea utilizada para regar jardines en la industria, la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Chihuahua realizó una alianza con la iniciativa privada y la academia para desarrollar el Sistema Piloto de Tratamiento Terciario de Agua Residual Tratada en la Ciudad de Chihuahua, cuyos resultados arrojan que tiene entre 95 y 98 por ciento de pureza, sólo le hacen falta los rayos ultravioleta para que sea potable, por lo que este proceso permite obtener una mejor calidad de agua.
El objetivo de este sistema piloto es que las empresas e industrias de Chihuahua lo conozcan para que establezcan su planta de tratamiento terciario y que la JMAS les surta agua tratada y ellos al purificarla puedan usarla en sus procesos, lo que les significaría ahorros importantes, pues es más barato que el costo que actualmente pagan por agua de primer uso.
Desde hace seis meses empezó este sistema, el doctor Noé Ortega Corral agradeció el esfuerzo conjunto, “podemos demostrar que con la tecnología y el esfuerzo chihuahuense se pueden obtener buenos resultados”.
Al explicar el sistema detalló que se toma el efluente de la planta, se pasa al sistema de filtración de varias capas como son grava, arena, antracita. Se pasa a un sistema de membranas de ultrafiltración, quitan las microalgas, microorganismos presentes. Se le agrega un desinfectante denominado ácido paracético que ayuda a mantener el agua libre de crecimiento. Se pasa a un sistema de desmineralización por ósmosis inversa donde el agua entra a 600 partes por millón y sale como 50 partes por millón, lo que significa que tienen entre 95 a 98 por ciento de remoción de todos los sólidos.
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Destacó que es un agua de excelente calidad y más económica que el agua potable, por lo que el proceso es muy redituable.
Roberto Lara Rocha, presidente de la JMAS, explicó que el Grupo Cementos de Chihuahua a través de la Fundación Construyendo un Chihuahua Sustentable, impulsó y patrocinó este proyecto con la finalidad de generar un tratamiento terciario para el agua tratada que se produce en la planta tratadora norte ubicada en la colonia Nombre de Dios.
El tratamiento terciario genera un agua de mejor calidad, la cual puede ser usada en el sector industrial. “El reto de nuestra ciudad es el agua, pues Chihuahua carece de lagos, ríos o afluentes superficiales, el 99 por ciento del agua que se consume proviene del subsuelo, lo que genera un abatimiento mayor de los acuíferos”.
Ante ello una alternativa para liberar la presión que existe en estos acuíferos es el agua que a diario genera cada habitante, se trata del agua residual, tal y como le hacen ciudades norteamericanas como son Phoenix, Arizona y El Paso, Texas por mencionar algunas, donde se cuenta con plantas tratadoras modernas y eficientes. En El Paso, Texas, se le brinda un tratamiento terciario al agua residual para dejarla potable nuevamente. En Chihuahua no se cuenta con esa capacidad debido al costo que tiene.
“El agua de primer uso debe ser sólo para consumo humano, no destinarse a jardines ni sector industrial, para que el agua tratada sea usada para suplir otros servicios”.
La planta tratadora Norte tiene 20 años en funciones, por lo que requiere de una mejor tecnología para el tratamiento secundario de aguas residuales.
Roberto Lara detalló que Chihuahua no cuenta con capacidad económica para el tratamiento terciario, pues se requerirían 500 millones de pesos al año.
Entre los asistentes al evento destacaron el ingeniero Edmundo Rocha Castro, de Festa Hydrogel; Alejandra Rubio Amaro, de Grupo Cementos de Chihuahua; Beatriz Rocha Gutiérrez, de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua; Manuel Altez Cárdenas, director técnico de la JMAS y Alejandro Hernández López, de Index.
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