Como parte de los servicios que habitualmente lleva a cabo el Heroico Cuerpo de Bomberos del municipio de Cuauhtémoc, destaca el elevado número de incendios en pastizales que ponen en riesgo las zonas habitacionales de diversos sectores de la ciudad, esto ante el elevado y descontrolado uso de pirotecnia en el desarrollo de las fiestas decembrinas.
Ante los riesgos que implica el registro de incendios tras propagarse el fuego en pastizales, principalmente que ocurren en lotes baldíos dentro de la zona urbana de la cabecera municipal, el Comandante del Departamento de Bomberos, René Martínez Bustamante, exhortó a la población en general a colaborar con las autoridades no permitiendo que los menores utilicen diverso tipos de juegos pirotécnicos, ya que existen antecedentes de lesiones graves por el uso inadecuado de este tipo de explosivos.
A pesar de que en otros municipios del estado se aplican sanciones por la venta de fuegos artificiales, en el caso de Cuauhtémoc el Departamento de Gobernación a cargo de Dante de la Garza Cuán, aseveró que la facultad de dicha instancia es solamente retirar a vendedores ambulantes, sin que se pueda actuar en tiendas de abarrotes que es donde existe el problema por la venta descontrolada de todo tipo de pirotecnia, que además de los riesgos de lesiones e incendios, son altamente dañinos para las mascotas.
Aunado a la atención para controlar incendios de pastizales y evitar su propagación, Martínez Bustamante informó sobre el aumento de reportes de fugas de gas en cilindros utilizados en su mayoría en calefactores, lo que es factor de flamazos y heridas entre los ciudadanos, por lo cual, una vez más recomendó no llenar al cien por ciento los cilindros con gas, ya que la presión ocasiona deterioros en las válvulas lo que originan la fuga y los posibles flamazos o en caso más grave, intoxicaciones con monóxido de carbono.
Afortunadamente hasta el momento no se han reportado pérdidas que lamentar, destacando entre las estadísticas en lo que va de la presente temporada de frio, a una persona herida con quemaduras de primer grado tras el registro de un flamazo.