Cuauhtémoc. – En un hecho sin precedentes, una fuerte granizada sorprendió a familias cuauhtemenses al caer por el lapso de 10 minutos enormes bolas de hielo que, en algunos sectores de la ciudad alcanzó el diámetro del tamaño de un limón, fenómeno que ocasionó diversos daños a viviendas, negocios y vehículos que se encontraban tanto en los domicilios como circulando por las principales calles de la ciudad.
Fue poco después de las 4 de la tarde del domingo 9 de octubre, cuando el cielo de Cuauhtémoc se oscureció en gran parte de la cabecera municipal, para luego a la distancia escuchar por varios minutos un estruendo que poco a poco arribó a la zona habitacional del oriente de la ciudad, para luego impactar los techos de las casas y los automóviles con gran fuerza que originó abolladuras en los mismos, así como la fractura de cristales de ventanas de una cantidad importante de viviendas y negocios.
Lo anterior originó la movilización de cuerpos de rescate encabezados por la Unidad de Protección Civil Municipal, quien procedió al cierre del Corredor Comercial Manitoba debido a inundaciones y riesgos por la cristalización de la cinta asfáltica por la presencia de hielo.
En el lugar se reportaron dos accidentes automovilísticos sin que ninguno de estos se reporten pérdidas de vidas humanas o heridos, aunque los daños materiales fueron cuantiosos.
Debido al peso del hielo en techos de láminas, una cantidad indeterminada de viviendas reportaron a los servicios de emergencias inundaciones por el efecto de las goteras, por lo que los servicios que otorga el Departamento de Bomberos, Seguridad Pública y Protección Civil son demasiados, esto ante lo que es considerada como una “granizada histórica”.