La Fiscalía de Distrito Zona Occidente inició las investigaciones tras la denuncia de un caso de abuso sexual en perjuicio de dos menores de edad, quienes informaron a su maestra sobre actos indebidos cometidos, al parecer, por un familiar muy cercano, ya que denunciaron que esto sucede al interior de su vivienda.
Fueron agentes de la Policía Municipal los primeros respondientes al reporte del caso de abuso sexual en contra de dos menores de edad, el cual se hizo desde una escuela de la ciudad de la que, por la naturaleza del caso, las autoridades se reservan todos los datos de identidad y detalles del hecho.
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Las víctimas corresponden a una niña de 7 y un varón de 9 años de edad, quienes notificaron a su maestra lo que estaba sucediendo en su casa, por lo que ella tomó la decisión de informar a las autoridades.
Como parte de las acciones, los oficiales municipales procedieron al aseguramiento de los menores para su traslado al área de Justicia Cívica, donde se realizó la certificación psicológica y médica de ambos, para luego ser canalizados a la Subprocuraduría de Niños, Niñas y Adolescentes.
A raíz de la gravedad del asunto, Agentes Investigadores de la Fiscalía Zona Occidente atrajeron el caso para iniciar con las diligencias correspondientes, ya que el sector educativo se mostró consternado por el grave delito en perjuicio de personas vulnerables.
Fuentes al interior de la Fiscalía señalaron que se investiga a familiares cercanos de las víctimas como los probables responsables de la agresión sexual, sobre todo al padre de familia, de quien se omiten mayores datos, además de indagar si la madre de los menores tiene conocimiento de lo ocurrido.
Al respecto, la Coordinación de Educación en la Zona Noroeste del Subsistema Estatal trascendió la importancia de retomar acciones en los planteles de nivel básico enfocadas en conocer las condiciones de salud mental de los menores, tanto por conflictos que suceden en los planteles como en los propios hogares.
De acuerdo a estadísticas de la Fiscalía General del Estado (FGE), la mayoría de los casos de abuso sexual en perjuicio menores de edad, son cometidos por propios familiares, lo que a veces complica la resolución de los casos por amenazas en contra de las víctimas por parte de sus agresores, lo que integra una enorme “lista negra” de violencia sexual que no se denuncia.