De acuerdo al presidente del Consejo Estatal Agropecuario (CEA), Arturo González Ruiz, la cantidad de maíz transgénico que se importa de Estados Unidos es cada vez mayor debido a la baja producción que se ha tenido de maíz amarillo en México, del cual el estado de Chihuahua es el principal productor.
Explicó que el maíz amarillo que se importa del vecino país del norte se utiliza principalmente en la industrias y forraje para ganado, por lo cual la demanda es demasiada al requerir de entre 24 millones a 25 millones de toneladas, ya que México produce 3.5 millones de toneladas de grano amarillo.
González Ruiz informó que existe un decreto en el cual se detallan algunas reglas y medidas relacionadas al comercio y uso del maíz genéticamente modificado en México, en el cual se prohíbe estrictamente la siembra de transgénicos al existir la polémica por los supuestos riesgos que esto implica.
Sin embargo, dijo que las condiciones del mundo moderno obligan a tomar en cuenta la modificación genética de algunos productos del sector agropecuario para hacer frente a los conflictos de escasez de agua como la presencia de plagas que obligan al uso de agroquímicos.
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Destacó que existen estudios que muestran una serie de beneficios de los transgénicos más que daños al ser humano, incluso, en la vida cotidiana se utilizan diversos productos derivados de transgénicos que no se ha comprobado daño alguno.
A pesar de que no se establece una prohibición a la importación y el uso del maíz transgénico destinado al uso animal e industrial, durante el mes de febrero del año 2023 surgió un nuevo decreto en el que se especifica que se deben realizar acciones encaminadas a la sustitución gradual de dicho producto.
Las medidas incluidas sustituyen al decreto publicado el 31 de diciembre de 2020, en el cual se establece la revocación y abstención de otorgamiento de permisos para uso del grano de maíz genéticamente modificado en México, efectivamente prohibiendo su importación.
Pese a que el nuevo decreto acota la aplicación de la prohibición al maíz destinado al consumo humano, sin afectar al destinado al consumo pecuario o industrial, para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) la medida representa un riesgo para la competitividad del país al poner en juego el cumplimiento de sus obligaciones comerciales.