De acuerdo a datos proporcionados por Pedro Ortíz Franco, Presidente Estatal del Sistema Producto Maíz, se espera una marcada reducción en la producción de maíz amarillo que podría estar entre el 30 y 40 por ciento de toneladas abajo en comparación con años anteriores, esto pese al uso de agua extraída del subsuelo por medio de pozos.
Explicó que el ciclo agrícola del 2023 registró una serie de adversidades que afectaron una de las producciones líderes a nivel nacional como lo es el cultivo de maíz amarillo, destacando que la falta de lluvias fue la principal causa.
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Si bien se efectuaron acciones para garantizar la humedad a través de los sistemas de riego, esto no fue suficiente al carecer del vital líquido en el momento idóneo del crecimiento de la planta, por lo que al no contar con agua registró un estado de “depresión” que originó la pérdida de una cantidad importante de hectáreas de maíz amarillo.
Pedro Ortíz refirió que, a raíz del uso frecuente de miles de pozos en el sector agropecuario, se saturo la red de energía eléctrica, ocasionando complicaciones serias tanto para el campo como para las comunidades de algunos municipios de la zona noroeste, esto ante el colapso la infraestructura hidroeléctrica.
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Destacó que la reducción en la producción de maíz amarillo traerá repercusiones económicas a varios productores, quienes, al no tener las cosechas esperadas, se verán en conflictos serios para poder hacer frente a los créditos obtenidos para llevar a cabo la siempre del cultivo.
Explicó que en el estado de Chihuahua se producen normalmente alrededor de 126 mil hectáreas de maíz amarillo, de las cuales el municipio de Cuauhtémoc produce 47 mil hectáreas que sumadas con regiones como Namiquipa se acumulan 80 mil hectáreas de este cultivo.
Agregó que además de la baja producción, también existen riesgos de la reducción en el precio por tonelada, ya que hasta el año anterior se comercializaban entre 6 mil 200 pesos hasta 7 mil pesos, mientras que para el 2023 el precio podría estar en los 4 mil 200 pesos por tonelada.
Será hasta iniciar los trabajos de trillado cuando se tengan datos precisos de la producción 2023, insistiendo por parte de Ortíz Franco, que la estimación es de 30 por ciento menos que el año anterior, pero al tener la producción en grano la afectación podría ser mayor.