De acuerdo a la directora de la Asociación Civil “Justicia para Nuestras Hijas”, Norma Ledezma Ortega, se ha detectado que, en municipios de la sierra chihuahuense, es común el delito de Trata de Personas que afecta principalmente a mujeres adolescentes, quienes por la misma condición de sus “Usos y Costumbres”, ignoran que son víctimas del delito, el cual incluso, la propia familia permite por ignorancia.
Entre los ejemplos que la Activista Social citó como casos de Trata de Personas, es la relación que adolescentes de la región serrana mantienen con personas adultas, lo cual ven como una situación normal al existir “matrimonios” entre menores de edad con varones adultos.
Norma Ledezma dijo que las menores no se dan cuenta que son víctimas de un delito al insistir que su “cultura” o tradiciones les obliga a seguir el patrón de formar una familia con personas mayores que ellas, incluso existen casos en los que la misma familia fomenta estas relaciones para mejorar la condición económica.
Sin embargo, no sólo en la región serrana existe la problemática, ya que en la misma zona urbana se han detectado casos en los que madres de familia obligan a sus menores hijas a mantener acercamiento con hombres adultos a cambio de determinada cantidad de dinero, ejemplo de ello es lo sucedido en el fraccionamiento la Ciudadela en Cuauhtémoc, en donde una adolescente de 13 años de edad, denunció que su madre la manda con hombres mayores a cambio de recibir dinero por salir con ellos, aun en contra de su voluntad.
Lo anterior ya es investigado por las autoridades para establecer si las quejas de la menor son reales, ya que además existe la presunción del delito contra la evolución o desarrollo de la personalidad al permitir que la menor consuma bebidas embriagantes.
En lo referente a las acciones que efectúan las autoridades para inhibir el delito de Trata de Personas, Norma Ledezma indico que la Unidad que se encartaba de ello en la entidad, la cual pertenece a la Fiscalía Especializada de la Mujer, ha dado seguimiento a casos reportados en la región serrana, sin embargo, reconoció que es difícil poder establecer medidas preventivas o sancionar los delitos cuando no existen elementos claros para ello, sobre todo al no contar con las respectivas denuncias.
“Las mujeres que son víctimas de delito de Trata de Personas, no se dan cuenta, es por ello que es difícil el detectar este delito, incluso, por los usos y costumbres de estos lugares, también hace difícil y más complejo el problema porque la misma cultura es que desde muy jovencitas empiezan a tener estas actividades que pudieran verse hasta normalizadas, pero finalmente son víctimas de un delito”, apuntó Ledezma Ortega.
Al no estar identificado el delito con el hecho de que menores sostengan una relación con personas mayores, no existen los fundamentos para establecer un plan estratégico de atención a esta problemática, aunque los hechos que se han denunciados están a cargo de la Unidad de Trata de Personas de la FEM.