“Las festividades a los muertos, es una tradición que viene desde la cultura prehispánica para aztecas y mayas; por eso es diferente, porque no se festeja un solo día, desde el 28, 29, 30 y 31 de octubre, hasta el 1 y 2 de noviembre. Es una fiesta en la que la muerte no significa el final de todo, sino que es un ciclo, muere pero después de esa muerte renace”, explicó el catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras, Antonio García.
El Maestro explicó que la llegada de los españoles a tierras aztecas y mayas, coincide el culto a los muertos que se realizaba en las culturas prehispánicas el 1 y 2 de noviembre, el 1 a los muertos chiquitos, y el 2, a los adultos. Cuando llegaron los españoles hay un sincretismo y es la muestra del culto a la muerte, si se toma los elementos de la tradición mexicana.
“En la tradición mexicana, todavía se conserva lo de hacer un altar de muertes al fallecido y por lo mismo, se le pone una fotografía del difundo para que el mismo se reconozca, un espejo, para que se reconozca y elementos, como los niveles, hay desde 3, 5 hasta 7. En cada nivel, se va poniendo los elementos que conforman esta tradición, en una van a ir elementos que tienen que ver con los cuatro elementos tierra, aire, agua, fuego, se hace una cruz de sal, se pone agua, el papel picado, se tiene que poner un arco, es la entrada, y muchas veladoras, porque como vienen de la zona oscura, tienen que guiarse por esas luces que dan las veladoras, cuando llegan, los alimentos, es de lo que le gustaba al difunto, lo curioso es que se comen únicamente la esencia y lo que queda es lo que se comen los vivos”, explicó.
Entre los elementos simbólicos que son propios del altar, debe llevar también una rana que simboliza el atardecer, y un gallo, para el amanecer, la figura de un perro, porque la tradición azteca y maya, el perro cuando moría el difunto, también mataban a su perro, que viene siendo la guía y lo va guiando. La diferencia es muy grande, la tradición europea se guardaban días de luto, se vestían de negro, se hacían rezos, y combinada se festejan, en el norte, hace una década se empezó a dar el altar el muertos, porque antes la tradición es de visitar los panteones de los difuntos, para limpiar la tumba, como un día de campo.
“En el culto de los muertos en tradición mexicana no se le teme, y se le trata con humor. Antes estaba como que lo veían un poco diferente en la presencia de catolicismo en el cristianismo en las iglesias, luego paso lo mismo, empezaron a asimilar esas tradiciones y ahora ya se permite, incluso en iglesias, se ponen altares un sincretismo, una mezcla que se toman elementos de la recepción de la vida y la muerte, es el contenido filosófico se hace de la muerte”, detalló.
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