Macario, el matachín más longevo de México llegó a sus nueve décadas de vida, es el actual monarca de la Danza Chichimeca de Santo Niño de Atocha, quien ha dedicado su vida a Santa María de Guadalupe, la Madre de todos los mexicanos, y que continúa preservando el patrimonio religioso, artístico y de las tradiciones mexicanas.
Macario Gómez García nació en marzo de 1929 y para el año 1923 ya formaba filas en los cuadros de matachines. En sus noventa años de vida, ha sido parte de la historia de la ciudad de Chihuahua al colaborar con la construcción del estadio Olímpico de la Ciudad Deportiva, forestar el espacio; pero también, invitado y reconocido por personalidades artísticas de nivel nacional, como Amalia Hernández, directora del Ballet de Bellas Artes, y ser invitado por el maestro Ernesto Torre Blanca, director de Danzas Autóctonas de Bellas Artes, a dar clases en el mayor recinto destinado a la danza en México, a quien con su sencillez y franqueza respondió: “No, por esto que hago nunca he cobrado”.
Su padre, don Genaro Gómez Escobedo, es el fundador de la Danza Chichimeca del Santo Niño de Atocha, institución que inició la tradición de las danzadas de matachines en la ciudad de Chihuahua desde el 3 de mayo de 1914. Macario, junto con sus cuatro hermanos, ha continuado el legado de su padre, que se ha extendido a sus hijos quienes se dedicaron a ser matachines, al igual que 15 nietos, pero también bisnietos y tataranietos. Por lo que es el patriarca de la sexta generación de matachines de Chihuahua, la de más tradición y antigüedad en la ciudad.
Entre sus muchas facetas, ha incursionado en el mundo de la actuación, la fundación del Sitio de Taxis Santo Niño, y con danza ha maravillado desde feligreses guadalupanos que acuden a adorar a la Virgen de Guadalupe cada 12 de diciembre, hasta expertos nacionales que han elogiado su talento por la danza y la ligereza de sus pasos.
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