Propietarios de balnearios procedentes de Ciudad Juárez, Aldama, Chihuahua, Jiménez, Julimes, Rosales, San Francisco de Conchos y Camargo protestaron frente a Palacio de Gobierno para exigir la reapertura de estos centros acuáticos con aforo limitado para vacaciones de Semana Santa.
Moisés Hernández, dueño de Las Cabañas del Tío Albert, expuso que este tipo de establecimientos prácticamente trabajan cinco meses al año por el tema del clima; sin embargo, derivado de la pandemia no están en servicio desde septiembre del año 2019, por lo que urgió a una reapertura.
Recordó que el secretario de Salud, Eduardo Fernández, les dio la esperanza de reabrir en el próximo periodo vacacional con un 30% de aforo, lo que permitía al menos sacar los gastos corrientes; no obstante, se rompió el diálogo con el funcionario, inclusive detalló que el miércoles pasado se pactó una reunión virtual para ya determinar aforos y fechas, pero fue cancelada 10 minutos antes, motivo por lo cual decidieron manifestarse en calles de la Zona Centro.
Hernández destacó que lo único que piden es que los dejen reactivarse. “Ya fuimos complacientes un año, y nos dicen que hasta que esté el semáforo en verde, pero se desconocen fechas”, apuntó.
En este sentido, refirió que es posible reabrir con protocolos como se hizo con otros giros: se había perdido un aforo del 30% en naranja y un 60% en amarillo, pero actualmente están abiertos a cualquier aforo autorizado, pues lo que desean es trabajar.
Por su parte, Miguel Rubio, presidente de Aldama, informó que en este municipio se cuenta con alrededor de 100 locales que se dedican a esta actividad económica, cuyos encargados le pidieron el apoyo de gestión ante Gobierno del Estado para funcionar en el próximo periodo vacacional.
Hizo saber que los encargados de dichos centros recreativos con muchas dificultades empezaron a reparar instalaciones, a pintar y otras actividades de mantenimiento, con la intención de reabrir pronto, pero a pesar de la inversión realizada y bajo la “promesa” de trabajar en Semana Santa, luego fue otra la instrucción.
Indicó que entre las consecuencias que señalan los afectados es la falta de ingresos y que, como Municipio, viven el desempleo de los aproximadamente 300 trabajadores que depende de esta actividad en Aldama.
“Se organizaron para pedir atención a las autoridades, y venimos en ese sentido a tratar de acompañarlos, de acompañarlos en el diálogo. A nosotros nos parece que puede ser más riesgoso tener los bares abiertos que los propios balnearios”, añadió Rubio.
Los inconformes fueron atendidos por el director general de Gobierno, Joel Gallegos, y se programó una reunión este lunes de acuerdo a lo informado por Moisés Hernández, quien mostró su molestia porque los hicieron adaptar las instalaciones pero no les han permitido ofrecer sus servicios.