Un recrudecimiento de la violencia se espera en la zona sur del estado tras el aseguramiento de 300 kilogramos de cocaína, advirtieron las autoridades estatales y federales.
Fuentes extraoficiales de la Policía Federal aseguraron que se realizarán operativos coordinados con las autoridades estatales y municipales, en lo se prevé un ajuste de cuentas por la droga asegurada, “pues no fueron dos o tres kilos, es una de las cantidades más importantes en los últimos años”.
Tras el aseguramiento de 3.7 kilogramos de cocaína en el puente Ojinaga-Presidio Texas en octubre del 2017, los 310 kilogramos de cocaína decomisados en Villa Matamoros, Chihuahua, es la cantidad más importante detectada en los últimos diez años en el estado.
El último decomiso a nivel nacional se realizó en el estado de Puebla donde se aseguraron 310 kilogramos en septiembre del 2017. El valor de la droga podría ser de 77 millones de pesos 500 mil pesos, de acuerdo con las estimaciones que hicieron las autoridades federales sobre el precio real del alcaloide, pues el precio mínimo inicia en 80 pesos, pero se llega a cotizar hasta 250 pesos por gramo de cocaína.
La Procuraduría General de la República inició con las investigaciones correspondientes para dar con los responsables del trasiego de la droga, que de Matamoros Chihuahua sería trasladada por diversas rutas a Ojinaga y Ciudad Juárez, ya que el destino era Estados Unidos. La droga permanece asegurada por la Secretaría de la Defensa Nacional y en espera de que pueda ser destruida, una vez que concluyan las diligencias correspondientes.
Por su parte la Fiscalía General del Estado precisó que la investigación está a cargo de las autoridades federales y que las fuerzas del Estado estarán en alerta ante una próxima ola de violencia que se pudiera generar por el aseguramiento de los 300 kilogramos de droga.
La cantidad de droga es similar al peso de cuatro personas, que es la capacidad de las avionetas tipo Cessna, por lo que una vez sin asientos las pequeñas aeronaves pueden transportar esa cantidad de droga, que proviene de campamentos de narcotraficantes en la sierra de Chihuahua y Sinaloa, a donde fue trasladada procedente de diversos laboratorios clandestinos.
Las aeronaves de la marca Cessna, son cada vez más relacionadas con este tipo de actividades ilícitas, debido a su autonomía de vuelo y confiabilidad para volar a baja altura evitando radares, y facilidad para aterrizar en pistas cortas y de tierra las veces que sean necesarias.
Además los repuestos no son difíciles de conseguir y se importan de Estados Unidos.
Las avionetas Cessna monomotor son las preferidas de los narcotraficantes porque tienen una importante autonomía de vuelo, llevan cargas de entre 400 a 700 kilos y pueden perderse en zonas de monte y aterrizar hasta en potreros, caminos vecinales o en cualquier área de tierra o asfalto.
El Cessna 182 Skylane es el avión ligero y de cuatro plazas pero con el interior totalmente desmantelado y el tanque de combustible lleno, tiene una autonomía de unas cuatro horas, que muchas veces se prolongan con conexiones en poblaciones y con bidones extra de combustible.
Las aeronaves soportan una carga de hasta 400 kilogramos y avanza a una velocidad de 200 kilómetros por hora.
Otro de los modelos populares de la marca es el Cessna 206, cuya particularidad principal radica en una doble puerta lateral, que permite desechar los cargamentos desde el aire en el momento en que decidan, como también más autonomía de vuelo por disponer una mayor capacidad de reserva de combustible.
EL ASEGURAMIENTO EN MATAMOROS
Elementos pertenecientes al 76 Batallón de Infantería decomisaron una cantidad importante de enervantes durante los operativos del pasado fin de semana, cuando los integrantes de la Sedena lograron el aseguramiento de 310 kilogramos de cocaína en una camioneta Nissan.
De acuerdo con la delegación estatal de la PGR, a las 6:20 de la tarde del sábado 30 de diciembre de 2017, elementos del Ejército recibieron una alerta aérea en donde les indicaban que una avioneta de características desconocidas procedente del estado de Durango había descendido sobre un punto intermedio de Durango y Villa Matamoros, Chihuahua.
Los integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional recorrieron el poblado de Villa Matamoros y localizaron abajo del puente que está a la entrada del poblado, una camioneta Nissan sin placas de circulación, color rojo, conteniendo el enervante.
EL DECOMISO EN PUEBLA
El 12 de septiembre del 2017, la Policía Federal informó del aseguramiento de más de 310 kilogramos de cocaína que iba incrustada en las paredes de una caja refrigerada de un tractocamión fueron asegurados por la Policía Federal (PF) en la autopista Puebla-Orizaba.
Además del decomiso de la droga, hecha por la División de Seguridad Regional, y que venía envuelta en 308 paquetes, también se detuvo al conductor de la unidad.
La PF informó que al realizar patrullajes de vigilancia sobre la mencionada vialidad, los agentes ubicaron un camión que no mostraba su razón social.
Debido a que eso infringía el reglamento de autotransporte federal y servicios auxiliares, los uniformados solicitaron al conductor detener su marcha.
El operador de la unidad fue cuestionado por los oficiales sobre la carga que transportaba, ante lo cual éste informó que llevaba 200 tarimas de madera, sin embargo, los agentes decidieron asegurarse e inspeccionar el área de la carga.
“Uno de los policías federales observó que se encontraban tornillos removidos en las paredes, por lo que al realizar una revisión minuciosa, se localizaron diversos paquetes con polvo blanco con las características propias de la cocaína”, de acuerdo con un reporte de la corporación.