Un total de 180 personas en el estado, de las cuales 15 son de la ciudad de Chihuahua, terminaron su contrato laboral en el Centro Regional de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana (Credi), dejando a los niños sin terapeutas, quedando sólo personal de confianza y basificado para reestructurar la atención de aproximadamente un millar de niños que hasta el pasado viernes acudían a terapia.
En estado activo son aproximadamente mil niños y en control de niño sano del Credi de la ciudad de Chihuahua son mil 500, que se suman al registro de control de niño sano en la estrategia de desarrollo infantil, son 20 mil niños en seguimiento en todo el estado de Chihuahua. Sólo durante el 2018 se brindaron 10 mil atenciones a niños de un mes a cinco años.
En total, eran 23 personas las que trabajaban en el Credi Chihuahua, considerando al personal de salud, enfermería, sicólogos, nutriólogos, terapeutas de lenguaje, terapeutas de motricidad humana y pediatría, de las que terminaron su contrato sin renovación 15, que estaban bajo el esquema del Programa de Inclusión Social, Prospera.
Actualmente atienden una sicóloga, una terapeuta de lenguaje, tres nutriológos, y el resto es personal administrativo.
Este lunes el Credi abrió sus puertas con personal que tiene base y personal de confianza, atendiendo a la mayor cantidad de niños que se puede con la capacidad mermada de la plantilla laboral, y en espera de que se realice una reestructura para continuar brindando atención a niños de meses a cinco años de nacidos, o en caso de que se cierre el centro, encontrar un lugar para reubicar las bases que se quedarán sin lugar de trabajo.
El pasado viernes 29 de marzo fue el último día que trabajó normalmente el Credi Chihuahua, cuando se les comunicó a los padres de los niños beneficiados que el contrato y la partida presupuestaria dependiente del programa de inclusión social Prospera se terminaba, por lo que se suspenderían las terapias hasta nuevo aviso. Algunos casos que ya se tenían programados continuaron con la atención terapéutica con la sicóloga y la terapeuta en lenguaje que continúan trabajando, y se lograron llenar espacios que quedaron abiertos con los niños que se quedaron quien los atendiera.
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