Un taxista de sitio tradicional evidenció la diferencia de ventajas en un caso en el que a una señora con discapacidad que recurrió al servicio de Citycab, le fue negado el traslado al ver que tenía que llevar un “carrito” que usa para moverse, por lo que fue un taxi a final de cuentas quien llevó a la cliente al recinto ferial con todo y mueble.
Se trata de una mujer de edad mayor, que ante su condición solicitó el transporte para acudir a la feria llamando al servicio de Citycab, pero resulta que al llegar el auto el chofer le negó el servicio debido a que no podía abordar a personas con discapacidad -en este caso una apersona sin sus piernas- y que no podía tampoco subir el carrito porque se podía dañar la unidad.
Ante esta situación, un taxista de nombre Miguel, de la estación de servicio Morelos, pasaba por el lugar y se percató de este hecho, entonces la persona pidió al chofer si podía hacerle este servicio, al cual accedió el taxista y la llevó al recinto ferial, y pese a que el carrito no se puede desarmar para colocarlo en la cajuela, se lo llevó de cualquier manera acomodado atrás para así llevar a la persona.
Esta experiencia fue contada por la señora quien consideró que ahora ya sabe la diferencia de un servicio entre una y otra opción, en que el nuevo sistema pone sus peros a diferencia del taxi tradicional. Desde luego, hay reglas y leyes de tránsito que se pudiesen considerar ya que el transporte puede ser multado por ciertas acciones, sin embargo pues ahí queda un ejemplo de cómo una persona pudo obtener de alguna forma el traslado y de otra no fue posible.