Como alternativa a los pesticidas y fertilizantes sintéticos, está creciendo entre los agricultores de la región y del estado el uso de los microorganismos benéficos como los hongos y bacterias, afirmó la doctora Sandra Pérez Álvarez, catedrática de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales (FCAyF).
La investigadora, que impartió una ponencia sobre el tema en el Museo del Desierto Chihuahuense (MUDECH), señaló que el uso intensivo de plaguicidas y fertilizantes está contaminando el suelo, agua y el aire, lo que a su vez, provoca enfermedades como el cáncer.
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Mencionó que el uso excesivo de los químicos incluso destruye a los organismos benéficos que hay en la naturaleza, mismos que pueden ser aliados en la agricultura del siglo XXI. Es por esto que se debe concientizar a los productores agrícolas sobre su importancia y reducir el uso de sustancias químicas.
Señaló que algunos de los microorganismos (hongos) pueden ser aplicados al suelo cada quince o veinte días durante el ciclo vegetativo, mientras que algunos otros, como los extractos de algas, se aplican de manera foliar.
La doctora Pérez Álvarez afirmó que los microorganismos son mucho más baratos en comparación con los agroquímicos, destacando que algunos agricultores acuden a la FCAyF a comprar una especie de hongo conocido científicamente como Trichoderma. Este hongo es útil para combatir los patógenos que están en el suelo y se puede utilizar como regulador de crecimiento vegetal, es decir, favorece el desarrollo más rápido de las plantas y hasta puede traducirse en mayores rendimientos en la producción agrícola.
Aunque el uso de los microorganismos benéficos ha ganado aceptación, todavía hay agricultores que son escépticos en cuanto a su efectividad.
“Estaba comentando, yo digo que se está utilizando cada vez más. Se está teniendo confianza nuevamente, pero todavía nos queda un camino por recorrer: ahorita tengo una estudiante que su papá es productor, y tenemos unos surcos para aplicar los productos. Pero me dice que su papá todavía está renuente a utilizar los microorganismos”, refirió.
Además, mencionó que también existen bacterias que podrían contribuir a potenciar la producción agrícola mediante la fijación del nitrógeno, particularmente las del género Rhizobium. Esta bacteria hace asociaciones simbióticas con plantas del orden de las fabáceas, como la alfalfa.
La bacteria actúa como un regulador del crecimiento vegetal, lo que da un rendimiento extra a los cultivos, más que si se hubieran utilizado solo fertilizantes químicos.