De un 25 a un 60 por ciento incrementaron los precios de las flores de muerto en comparación con el año pasado, esto a causa de la baja producción que se tuvo en la región, derivada del clima cambiante y las plagas que afectaron a los jardines.
Afuera del panteón municipal se instalaron puestos de vendedores que ofrecen una variedad de flores cultivadas en la cordillera del municipio de Meoqui, principalmente en las comunidades de Las Puentes, Guadalupe Victoria y Los García.
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Zinia elegante y sencilla, cempasúchil blanco y amarillo, crisantemo chico y cresta de gallo morado, son los diferentes tipos de flores cosechadas en la región para su venta en el Día de Muertos, cuando la demanda se incrementa notoriamente.
Sin embargo, este año también aumentaron los precios de las flores entre un 25 y un 60 por ciento: el crisantemo chico, que el año pasado se vendía entre los 50 y 60 pesos, subió su precio a 70 u 80 pesos el ramo; el cempasúchil, pasó de los 50 a los 80 pesos, y la bola de nieve, que es la más cara, aumentó de 170 a 200 pesos la docena. Únicamente la cresta de gallo morada mantuvo su precio de 70 pesos.
Las vendedoras a quienes se entrevistó explicaron que los precios subieron debido a que muchas de las flores cultivadas no abrieron, es decir, se quedaron en botón, lo que atribuyen al clima extremoso que se observó este año.
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Janeth Álvarez, vecina de la comunidad de Las Puentes y cuya familia se dedica desde hace años a la floricultura, comentó que en septiembre el sol estuvo muy quemante y fue necesario colocar las carpas sobre las plantas antes de tiempo, además que invirtieron más en fertilizantes y hormonas.
También, debido a la sombra, se acumuló más humedad en los jardines de flores, lo cual contribuyó a que no se abrieran los botones en la fecha esperada.
Aparte, los sembradíos fueron atacados por plagas de gusano blanco, pulgón y un hongo que secó los crisantemos, por lo que los floricultores también tuvieron que gastar más en plaguicidas.
Por las circunstancias mencionadas antes, los comerciantes se vieron obligados a incrementar los precios de las flores, aunque esto no es nada nuevo, ya que cada año los cultivadores batallan con algo diferente.